Alguien podrá decir que milagro es otra cosa. Que no es la primera ni será la última vez en la historia que se da vuelta un ganador que parecía escrito a siete del final, cuando ya se masticaba la bronca por una nueva derrota. Pero la magia del fútbol, esa caprichosa señorita, esta vez se dio una vuelta por Villa Crespo. Y en dos minutos a puro fuego Atlanta encontró esa felicidad que parecía tan lejana. Para llegar a un 2-1 contra Colegiales que volvió a encender la ilusión, más allá de la gran cantidad de asignaturas pendientes en el juego.
Tras las dos caídas consecutivas como visitante, el entrenador Arnaldo Sialle dispuso cambios a fondo en el equipo. De esquema y de nombres. Pasó a jugar con un 3-3-2-2 y Díaz Villán, Peláez, Galeano y Guzmán reemplazaron a Martínez Montagnoli, Benítez, Serrano y Diego Martínez. Enfrente, Colegiales plantó un 4-4-2 que funcionó con precisión y generó dificultades a Atlanta tanto en ataque como en defensa.
El local empezó el partido con un nivel mejor que el de sus últimas presentaciones, y superando con empuje y movilidad al rival. Inquietó con un remate desde afuera de Quiroga que se fue desviado. Y después tuvo dos opciones de gol muy claras: la primera, a los 11 minutos con un cabezazo en comba de Pedrozo que dio en el travesaño; y luego a los 13 con una pelota cruzada de Quiroga que la defensa no llegó a despejar y finalmente remató Maraschi de media vuelta por arriba del travesaño.
Pero después empezaron a aparecer las grietas en defensa. Y la inseguridad pareció viajar tan rápido como veneno en el agua hacia todas las líneas del equipo. Colegiales empezó a encontrar espacios vacíos -Lucero aprovechaba muy bien la espalda de Mancinelli- y a disponer de situaciones de gol. La más clara fue a los 16 minutos, cuando tras un mal despeje de Barucco -mostró muchas dudas en los envíos aéreos- la pelota quedó en el borde del área chica y de absoluta casualidad no terminó dentro del arco.
El partido entonces se volvió parejo. Atlanta empezó a mostrar cada vez más dificultades para armar circuitos de juego, y los argumentos de ataque se reducían a la subida de Mancinelli más algunos arrestos de Guzmán. Y en ese contexto, Colegiales aprovechó para golpear a fondo. Fue a los 37, en una jugada que parecía intrascendente: Vazzoler cubrió bien la pelota en la derecha del área ante una marca floja, se metió de a poco hacia el centro con poca oposición y definió con un remate bajo al lado del palo para el primer gol. Tres minutos después, el visitante casi vuelve a gritar luego de otro mal despeje de Barucco en un centro. Así, el final del primer tiempo encontró a Atlanta sumido en la impotencia y la bronca.
Palisi ingresó en el comienzo del complemento por el lesionado Cortizo. Aportó sus virtudes conocidas: entusiasmo, quite y ubicación. Pero estaba lejos de ser una solución para los problemas en la circulación de la pelota. Y el escenario para el resto no era mejor: impreciso Quiroga, intrascendente Galeano, empecinado Guzmán en trasladar sin descargar, y sin conexión Maraschi y Pedrozo, las esperanzas eran muy pocas.
Sialle buscó sacudir el tablero con los ingresos de Fernandes Silva y Martínez por Galeano y Pedrozo, pero Colegiales parecía tener todo controlado. Hasta que llegó ese par de minutos mágicos que hicieron que la alegría cambiara de lado. Todo empezó a los 38, con un tiro libre de frente al área a unos 30 metros del arco. Quiroga envió un centro débil que no parecía llevar demasiado peligro pero encontró solo a Díaz Villán: el uruguayo cabeceó con toda la confianza y la puso por encima del estático Bruno para marcar el empate. Y todavía hubo lugar para más alegría: porque a los 40, en una jugada con una pelota mordida y una defensa que no terminaba de hacer pie, Maraschi encontró el regalo en el segundo palo para vestirse de héroe y poner el 2-1 definitivo.
Casi no hubo tiempo para sufrir, más allá de que Colegiales buscó con centrod rescatar algo de esa cosecha que parecía tener asegurada. El final encontró a la gente de Atlanta a puro disfrute. Aunque todos sepan que para que las alegrías sigan habrá que mejorar y mucho.
SINTESIS
Atlanta (2): Barucco; Díaz Villán, Talamonti, Peláez; Mancinelli, Cortizo (ST Palisi), Quiroga; Galeano (ST 18’ Fernandes Silva), Guzmán; Maraschi y Pedrozo (ST 23’ Diego Martínez). DT: Armando Sialle. No ingresaron: Dobler, Martínez Montagnoli, Serrano y Diego Ledesma.
Colegiales (1): Bruno; Giambuzzi, Mendoza, Juárez, Scatularo (PT 45’ Mendoza); Loncon, Fernández, Ravest (ST 30' Julio Ledesma), Lucero; Vazzoler y Weissen (ST 36' Stable). DT: Fernando De Souza. No ingresaron: Alvarez, Codispoti, Otazo, Tossi.
Goles: PT 37’ Vazzoler (C). ST: 38’ Díaz Villán (A) y 40’ Maraschi (A).
Amonestados: Pedrozo, Díaz Villán (A), Fernández, Mendoza, Vazzoler (C).
Expulsado: ST 42’ Juárez.
Arbitro: Martín Gonaldi.
Cancha: Atlanta.
Foto: Juan Ignacio Calcagno.
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