De tan usada, ya se gastó aquella frase que dice que el gol es el alimento del que viven los delanteros. ¿Qué pasa cuando un equipo, más allá de tener un buen rendimiento, no encuentra la efectividad en sus hombres de ataque? Bien está que las respuestas lleguen desde otro sector de la cancha. Fue lo que le pasó a Atlanta en esta noche de martes en la que volvió a regalar emociones y motivos para soñar, por el buen resultado y por el buen juego. Una noche en la que el 2 a 0 frente a Tristán Suárez llegó de la mano de dos hombres del medio que hicieron bien justo el fin en Villa Crespo.

Por Federico Kotlar (@fkotlar)

Había dejado alta la vara el equipo de Sialle con su última presentación, con la goleada histórica por 4-1 a Platense en Vicente López. Por lo pronto, el DT decidió con toda lógica mantener la formación de ese encuentro, con la única variante de Díaz Villán por el suspendido Martínez Montagnoli. Pero el 4-4-2 de la última presentación siguió firme y su funcionamiento fue tan bueno como diez días atrás.

El primer tiempo resultó por momentos trabado, con dos equipos que buscaron hacer la diferencia pero con cuidado de no entregar ventajas en defensa. Eso sí: Atlanta fue algo más desde los primeros minutos, aunque le costaba llegar a fondo. Intentó desde afuera a los 3 con un remate de Silva desde afuera que desvió bien Lugo. Y pudo haber festejado también en una buena jugada de Mancinelli a los 13, pero el remate final desde la derecha salió demasiado cruzado. Buenas ocasiones, pero sin demasiada profundidad, más allá de que Lucas encontraba espacios a espaldas de Igartua y quedaba muchas veces mano a mano con el lateral Senegalles.

Tristán Suárez conseguía generar algo de inquietud con sus tres delanteros cuando lograba hacer llegar la pelota arriba. Y de hecho dispuso de la primera chance grande para abrir el marcador, cuando a los 25 minutos, en uno de los pocos errores de la defensa de Atlanta en todo el partido, Silba quedó mano a mano y Barucco en una gran intervención le tapó el gol. El tiempo contaría la gran importancia que tuvo esa jugada.

A los 33 llegó otra acción que sería determinante: Senegalles puso la mano ante un centro desde la derecha y el árbitro Dóvalo, en una decisión que pareció exagerada, le mostró la segunda tarjeta amarilla y el camino a los vestuarios.

Contrariamente a lo ocurrido en partidos anteriores de este mismo campeonato -por ejemplo contra Comunicaciones, Acassuso y Estudiantes-, Atlanta consiguió rédito inmediato del hombre de más. Fue a los 38, en una jugada con mucho de fortuna: Monserrat intentó trabar a Pedrozo y la pelota salió hacia el lado contrario como si fuera un cambio de frente por encima del lateral Molina, para dejar a Quiroga solo ante Lugo. El volante definió con la misma calidad que mostró ante Platense: con un tiro bajo y cruzado ante la salida del arquero clavó el primer tanto del partido. La historia del encuentro había terminado de cambiar. Y ese impulso, a falta de gritos de delanteros, había llegado desde el medio.

Atlanta coqueteó desde el arranque del complemento con el segundo gol. En buena medida fue por las siempre peligrosas subidas por derecha de Mancinelli, quien a los 8 mandó la pelota dentro del arco pero Dóvalo anuló el tanto por posición adelantada de Bonfigli -aunque no tocó la pelota bloqueó el rechazo de la defensa-. El local recibió además otra buena noticia cuando Zarco se fue expulsado a los 15 con roja directa por una dura patada contra Galeano, el motor del buen toque bohemio durante todo el partido y receptor de un gran número de infracciones de los jugadores de Tristán.

Con dos jugadores más, Atlanta mostró su mayor problema de la noche: la falta de efectividad. Pedrozo luchaba y habilitaba bien a sus compañeros y Bonfigli estaba muy lejos de su mágica actuación con triplete en Vicente López. Y desde afuera costaba mucho sentenciar la historia. La más clara había sido a los 17, cuando le sacaron en la línea el gol -otra vez- a Mancinelli. Aunque también Tristán pudo haber empatado a los 33 cuando Atlanta volvió a marcar mal en una pelota parada.

Pero tanto fue Lucas que al final, con toda justicia, le quedó a él definir la historia. Fue a los 38, como en el primer tiempo, cuando recibió un rebote desde afuera del área y empalmó un remate que se coló abajo junto al poste derecho del arco de Lugo. Era el 2-0 final para terminar de espantar los fantasmas que sobrevolaban el Gran León, subir al cuarto puesto y volver a ilusionarse. Y con goles y grandes actuaciones de Quiroga y Mancinelli, dos medios que justificaron el bello fin.

SINTESIS

Atlanta (2): Barucco; Silva, Talamonti, Díaz Villán, Torres; Mancinelli, Palisi, Galeano, Quiroga; Pedrozo (ST 33’ Maraschi) y Bonfigli (ST 40’ Diego Martínez). DT: Arnaldo Sialle. No ingresaron: Dobler, Benítez, Cortizo, Serrano y Guzmán.

Tristán Suárez (0): Lugo; Molina, Vicente (ST 37’ Alonso), Monserrat, Senegalles; Ezequiel Rodríguez, Zarco, Igartua; Silba (ST 6’ Careaga), Diz y Farías. DT: Pedro Damián Monzón. No ingresaron: Gastón Monzón, Vélez, Torres, Luna y Toloza.

Goles: PT 38’ Quiroga (A). ST 38’ Mancinelli (A).

Amonestados: Farías y Quiroga (A), Vicente y Farías (VSC).

Expulsados: PT 35’ Senegalles. ST 15’ Zarco.

Arbitro: Pablo Dóvalo.

Cancha: Atlanta.

Foto: Juan Ignacio Calcagno.