Fue una noche muy oscura y fría la de este viernes, en la que el dolor se hizo dueño del panorama. Porque además de la floja demostración de Atlanta, que perdió 1-0 contra Español en un partido que le resultó siempre incómodo, al pueblo bohemio lo sacudió la noticia de la muerte del querido Ariel Alcami, uno de los campeones del 95 que dejó su huella en la historia del club. Acaso el único calor lo haya aportado el aplauso que le dedicó al Cabezón ese mismo público que lo vio hasta no hace tanto surcar la banda derecho y sacar esos laterales furiosos que se transformaban en centros. Fue en el entretiempo de un partido del que quedará poco para recordar.
Por Federico Kotlar (@fkotlar)
Después de unos primeros minutos parejos, con dos equipos que buscaban prevalecer en la cancha a partir de esquemas bastante similares -en ambos casos un 4-4-2-, Español empezó a prevalecer a partir del control del mediocampo. Parisi sobre todo y también Anivole encontraban un buen espacio a espaldas de Palisi, y Galeano -que tuvo el mérito de hacerse cargo de su rol de conductor, con escaso éxito esta vez- estuvo controlado muy de cerca por la presión de Sebastián López y Ramírez. Atlanta -que mantuvo la formación que le había ganado 2-0 a Almagro cinco días atrás- apenas tuvo una volea de Mancinelli que se fue cerca a los 14 minutos, pero de a poco se fue apagando.
Español estuvo dos veces muy cerca del gol: primero a los 21 minutos por una serie de extrañas pifias en el área de los defensores de Atlanta; luego, con un remate a los 25 de Parisi desde el borde del área que se estrelló contra el palo derecho del arco de Barucco. Y a los 27 llegó el impacto que sería decisivo en el partido: el arquero quedó pegado a la raya en un centro desde la derecha, Silva saltó con la mano en alto, tocó la pelota y el árbitro Di Bastiano sancionó penal. Lo cambió por gol Villalba Fretes con un remate violento que se metió en el ángulo y así llegó el 1-0 que sería definitivo.
Superado en el fútbol, Atlanta mostró coraje para intentar dar vuelta la historia: con algo de pierna fuerte y mucho fervor, logró arrinconar a Español cerca de su arco aunque jugó al límite del reglamento, tanto como su rival. El primer tiempo se fue después de un tumulto en el que intervinieron jugadores de los dos equipos y el árbitro eligió sólo apercibir y guardarse las tarjetas.
Ya en el complemento, el equipo de Sialle fue y fue, chocando la mayoría de las veces. El ingreso de Maraschi por Quiroga le sumó algo más de vértigo y agresividad al local, pero la creación siguió siendo un déficit ante una defensa que se mostró ordenada pero que nunca pareció ser exigida a fondo. Y que de hecho sufrió en unas cuantas pelotas paradas, como cuando a los 9 minutos Martínez Montagnoli cabeceó desviado luego de una flojísima salida del arquero De Maneses.
Aun con los centros como principal recurso, el empate pudo haber llegado: estuvo cerca Bonfigli a los 22 minutos tras un centro de Mancinelli; también a los 27 Talamonti, tras un tiro libre de Torres. Pero Español se mantuvo tranquilo, no se desesperó y hasta podría haber ampliado al final de no haber mediado dos buenas intervenciones de Barucco. La caída se volvió inevitable y el 1-0 cayó como una sentencia. Los hinchas de Atlanta se fueron así a casa con una pena demasiado grande, en una noche en la que todo fue demasiado triste.
SINTESIS
Atlanta (0): Barucco; Silva (ST 19’ Guzmán), Talamonti, Martínez Montagnoli, Torres; Mancinelli, Palisi, Galeano, Quiroga (ST Maraschi); Pedrozo (ST 19’ Diego Martínez) y Bonfigli. DT: Arnaldo Sialle. No ingresaron: Dobler, Benítez, Cortizo y Serrano.
Deportivo Español (1): De Maneses; Rodrigo López, Arrúa, Segovia, Santiago López; Amarilla (ST 43’ Avejera), Sebastián López, Hernán Ramírez (ST 31’ Sosa), Anivole (ST 23’ Gatti); Parisi y Villalba Fretes. DT: Pedro Bocca. No ingresaron: Hernández, Moreno, Carrizo y Caggiano.
Gol: PT 27’ Villalba Fretes (DE) de penal.
Amonestados: Silva, Quiroga y Galeano (A); Anivole, Arrúa, Sebastián López, Santiago López (DE).
Árbitro: Lucas Di Bastiano
Cancha: Atlanta.
Foto: Juan Ignacio Calcagno
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