Atlanta empezó el año con un empate

En el regreso del fútbol oficial, el equipo bohemio igualó a 2 con Huracán después de estar 2 veces en desventaja. Andrés Soriano y Nicolás Ramírez marcaron los goles.

La reanudación de la B Nacional encontraba a Atlanta ante un desafío difícil: mostrar, de visitante, si había mejorado con respecto al primer tramo del torneo, ante un Huracán que, si bien no venía haciendo una buena campaña, aparecía como un rival complicado por sus refuerzos y por contar con un goleador como Cámpora y varios jugadores con pasado en Primera.

En declaraciones a los medios, tanto Jorge Ghiso como Arancibia habían anticipado la postura del equipo: ante todo, estar bien parado atrás y tratar de lastimar de contraataque. El inicio del partido fue tal como se suponía: Huracán yendo con todo al ataque y Atlanta tratando de aguantar.

Ya a los 30 segundos, el local tuvo un corner a favor. Durante los primeros diez minutos, pareció que sería imposible hacer pie, porque Atlanta hacía agua en el medio y en defensa, y el partido se jugaba en su terreno. No funcionaba la variante táctica de intercambiar las posiciones de Ferragut y Galeano: Ferragut, como doble cinco junto a Lorefice, se mostró lento, con poca marca y poco juego, y Galeano estaba perdido en la izquierda. Atlanta se limitaba a defenderse y a tirarle pelotazos a un solitario Andrés Soriano.

Pero Huracán tuvo que bajar el ritmo –el partido se jugó con 33 grados promedio de temperatura- y Atlanta empezó a salir. La fórmula de las llegadas fue la misma durante gran parte del partido: la velocidad de Guzmán, que por la banda derecha volvió loco al 3 local, Yacuzzi, uno de los refuerzos de Huracán. El chaqueño desbordaba, pero terminaba casi todas mal.

Y en el mejor momento de Atlanta, el que metió una contra fue Huracán: pase profundo de Leiva para Sánchez Prette, que encaró mano a mano a Pellegrino, se la picó por arriba y le dejó servido el gol a Villegas. La pregunta era cómo haría Atlanta, ahora en desventaja, para asumir el protagonismo e ir a buscar el empate. No hubo tiempo de despejar la duda: de la salida del círculo central se generó una nueva corrida de Guzmán por derecha hasta el fondo. Esta vez sí tiró un buen pase atrás: Galeano pifió pero la pelota le quedó a Andrés Soriano, que puso el 1-1.

A partir de ahí, el partido se hizo equilibrado. Pero, ya en el segundo tiempo, Huracán tuvo un tiro libre cerca del área y, después de un rebote, Cámpora, de cabeza, puso el 2-1. Atlanta pagaba caro el riesgo que significa jugar al offside: en el primer tiempo le habían anulado dos goles a Huracán por posiciones adelantadas (una de ellas inexistente), pero esta vez, pese a que hubo offside en la jugada previa, el juez de línea no levantó la bandera.

Parecía que costaría mucho remontar la situación, sobre todo cuando, en la jugada siguiente, Cámpora se perdió el tercero mano a mano con Pellegrino. Entonces apareció la mano de Ghiso, que acertó con los cambios: primero metió a Pasquini por un agotado Ferragut; Galeano pasó a jugar de doble cinco y Atlanta ganó profundidad. Después, salió Segovia y entró Ramírez; Atlanta quedó con tres en el fondo, variante que se había ensayado en la semana.

Por primera vez en el partido, Atlanta dominaba. Guzmán desbordaba por derecha y Ramírez y Pasquini por izquierda; faltaba la puntada final y más entendimiento entre los volantes y los delanteros. Calviño le tapó un tiro a Pasquini y Andrés tuvo un par de disparos desde afuera del área que no se fueron lejos; cuando Ramírez tuvo su oportunidad, la clavó en un ángulo.

Con el 2-2, entró Pogonza por Castro para cerrar el mediocampo, pero fue Atlanta el que siguió teniendo las mejores oportunidades. Los disparos desde afuera del área, la mejor arma ofensiva de la tarde, siguieron complicando a Huracán. Aunque en un tiro libre en el último minuto de descuento hubo que sufrir otra vez por tirar el offside: la jugada terminó en gol, pero esta vez el árbitro Luis Alvarez, a instancias del asistente Horacio Herrero, cobró la posición adelantada.

El balance es positivo. Hubo buenas respuestas anímicas y físicas para levantar dos desventajas; y en muchos momentos se intentó -por momentos se logró- jugar por abajo. También fue buena la actuación de Quiles, uno de los refuerzos (el otro, Brian Resch, no ingresó). Quedan por resolver algunos desacoples defensivos y cierta dificultad para generar juego asociado, pero el panorama es alentador.