Atlanta se llevó un empate frustrante de Jujuy. Estuvo cerca Atlanta de la victoria, y se le escapó cuando ya la saboreaba. Al Bohemio le costó muchísimo abrir el marcador ante un rival que jugó casi todo el partido con un hombre menos, y cuando finalmente pegó el grito no lo pudo cuidar. Así, pese a haber tenido uno de sus mejores partidos del torneo, se vuelve a Buenos Aires con un 1 a 1 injusto y con sabor a poco.
Walter Erviti decidió no hacer modificaciones en el equipo titular, con excepción del cambio obligado por la lesión de Pancho Rago. El lugar que dejó el capitán en el arco fue ocupado por Nicolás Sumavil, y el resto de la formación fue la misma que había igualado seis días atrás en Villa Crespo contra Almirante Brown.
Atlanta había llegado a Jujuy con la necesidad de modificar la imagen que había dejado en las últimas actuaciones. Sin victorias desde la segunda fecha contra Güemes y sin goles en las tres presentaciones anteriores como visitante, el de este miércoles en el Norte era un partido importante para que el Bohemio mostrara si podía estar a la altura de las expectativas que la calidad del plantel había generado antes de que comenzara el campeonato.
Del lado de enfrente, Gimnasia de Jujuy, respaldado desde el arco por la experiencia de Cristian Lucchetti, no se presentaba como un rival fácil. Aunque al igual que el Bohemio venía de exhibir un rendimiento irregular, como local había ganado en sus dos últimos encuentros.
Desde el comienzo del partido, Atlanta se plantó en el campo rival. Tanto que en ese arranque inquietó dos veces a Luchetti. Primero a los 2 minutos, con un centro de Perinciolo que casi se cuela en el segundo palo. Y la segunda, a los 7, fue clarísima: Ramón, de muy buen primer tiempo manejando los hilos del mediocampo, puso un centro perfecto que Marcioni cabeceó, dio en el travesaño y en el rebote Berterame, con el arquero vencido, mandó de cabeza increíblemente afuera.
Si ya era alentador ese primer tramo, a los 10 se sumó otra buena noticia para el visitante con la inobjetable expulsión de Juárez por doble amarilla, la segunda de ellas por una falta sin pelota.
A partir de ahí, quedaron muy marcadas las recetas de cada uno. Atlanta buscó con decisión plantado en el campo de enfrente, más allá de caer en algunas ocasiones, como en partidos anteriores, en la tenencia improductiva de pelota. Y el local se dedicó a aguantar con un 4-4-1 con Argüello como única referencia de ataque, en busca de generar alguna infracción para poder aprovechar una pelota parada.
El Bohemio hizo sobrados méritos entonces para ponerse arriba en el marcador, y estuvo muy cerca a los 17, con un mano a mano que Lucchetti le tapó a Pedrozo. También a los 28, con un remate de Galeano desde afuera.
Y ese gol que Atlanta merecía llegó a los 41, pero con el detalle de que no fue convalidado por un error grosero del árbitro asistente. Aunque Galeano convirtió luego del rebote en el travesaño de un cabezazo de Pedrozo, insólitamente apareció la bandera levantada por off-side, pese a que el misionero no solo estaba habilitado por al menos un defensor sino que aparte estaba detrás de la línea de la pelota cuando salió el centro.
En el segundo tiempo, Erviti mandó de entrada a la cancha a Donato por Maxi González, que estaba amonestado. Pero esa actitud ofensiva no se tradujo en más peligro en el área de enfrente, y al Bohemio le costó generar situaciones que inquietaran a Lucchetti.
Recién a los 29 apareció una buena chance cuando Bisanz, que le aportó frescura al ataque con su ingreso por Marcioni, llegó al fondo con un desborde y sacó un centro que Berterame cabeceó afuera.
Cuando ya ganaba la desesperación, a los 34 llegó el gol que Atlanta merecía. Después de algunas imprecisiones en el área, Donato apareció con su oficio de goleador para clavar la pelota lejos del alcance de Lucchetti.
Parecía que llegaba la tranquilidad para el equipo, pero algo cambió para peor luego del festejo. Porque con poco más que voluntad, Gimnasia consiguió empezar a arrinconar a un Atlanta que no encontró la templanza para aguantar el vendaval.
Así, a los 43, una falta a unos diez metros del área grande le dio al local la ilusión que no había tenido en toda una noche sin llegadas. Y apareció la categoría de Leandro González para clavar la pelota en el ángulo, lejos del vuelo de Sumavil.
Ya no hubo tiempo para nuevas reacciones. Ahogado en la frustración y la bronca, Atlanta intentó hasta el final pero ya no pudo encontrar el camino hacia el arco de enfrente. Así, pese a haber redondeado una de las mejores actuaciones del torneo, se fue de Jujuy con un punto que es menos de lo que mereció y que deja mucho gusto a frustración.
SÍNTESIS
Gimnasia de Jujuy (1): Lucchetti; Antúnes, Vera Oviedo (ST 11m. Roberto Hernández), Cosaro, Rizzi (ST 35m. Muné); Esteban González (ST 35m. Gatti), Emmanuel García, Juárez, Palavecino (ST 28m. Leonardo López); Leandro González y Argüello (ST 35m. Gagliardi). DT: Cristian Molins. No ingresaron: Di Fulvio y Reali.
Atlanta (1): Sumavil; Molina, Alan Pérez, Colombo, Perinciolo; Galeano, Maxi González (ST Donato), Ramón Fernández; Marcioni (ST 20m. Juan Bisanz), Pedrozo y Berterame (ST 39m. Saggiomo). DT: Walter Erviti. No ingresaron: Bessone, Martín García, Carrasco, Pérez Godoy.
Goles: ST 34m. Donato (A); 43m. Leandro González (G).
Amonestados: Maxi González (A), Esteban González, Vera Oviedo (G).
Expulsado: PT 10m. Juárez (G).
Árbitro: Nicolás Ramírez.
Cancha: Gimnasia de Jujuy.
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