Por la fecha 16 Atlanta se enfrentaba a Estudiantes con la posibilidad de sacar nueve puntos de diferencia con su inmediato perseguidor que en esta jornada quedó libre.
El desafío que debía enfrentar la Reserva, además del equipo rival, eran las dimensiones del campo de juego, mucho más limitadas que las que suele utilizar, lo que también implicaba adaptar su forma de juego a las circunstancias.
La salida del capitán del equipo, Santino Pasini, traspasado a San Lorenzo, fue cubierta de buena manera por Enzo Soria, como sucede en cada caso que es necesario reemplazar alguna pieza, quien ingresa demuestra que está a la altura.
El equipo que presentó Lucas Benítez fue el siguiente:
Sorteando todas las dificultades, el ritmo del juego fue el que el bohemio impuso y decidió, saliendo con paciencia desde el fondo y acelerando cuando lo decidía. La posesión era de Atlanta y también lo fueron las pocas chances de gol, en la medida que encontraba los espacios para desbordar y atacar con profundidad, demostraba que podía ser peligroso. Pero le faltó la puntada final y con el marcador en cero se fueron al descanso.
Temprano en el complemento, a los 6 minutos, los locales se pusieron en ventaja tras presionar y robar la pelota en una salida, obteniendo un premio que superaba al esfuerzo desplegado hasta ese momento. La obligación para el puntero pasaba a ser mayor, corriendo de atrás y con el tiempo en contra debía ir en busca del empate lo más pronto posible para tener esperanzas de todavía poder llevarse un triunfo de Martín Coronado.
En pos de eso el DT movió el banco, ingresaron dos hombres frescos en ataque, Frank Bogado y Gerónimo Cardozo buscando darle más poderío ofensivo. Iban 17 minutos cuando, Lucas Carbone ganó de cabeza en el área y puso el 1-1. El tiempo se transformó en un aliado para las intenciones de ganar el partido, restaba bastante en el cronómetro para más acción.
Con todos los ojos puestos en el arco de enfrente los pibes fueron. Algunas veces el arquero pudo evitar una nueva caída de su valla, sin embargo nada pudo hacer cuando a los 42 Cardozo sacó un derechazo fuertísimo que no encontró oposición posible y puso el 2-1.
El objetivo había sido alcanzado, hasta pudo haber sido ampliada la diferencia pero Bogado no definió del todo bien para lograrlo. El referí marcó el final y desató el festejo de todos. Atlanta cumplió, aprovechó la oportunidad y sacó más distancia con Quilmes, su próximo rival.
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