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Y el cumpleaños fue muy feliz

Y el cumpleaños fue muy feliz

LazzariniContraEstudiantesbajaEs cierto que todas las rachas están destinadas a terminar algún día. Pero también que esos 598 minutos sin hacer goles en Villa Crespo se habían vuelto poco menos que eternos. Por eso, cuando Lazzarini se decidió a probar desde afuera, la pelota se desvió en un defensor y se coló por encima del arquero Ríos, primero estallaron los gritos en las tribunas y después los gestos pasaron entre el éxtasis y la incredulidad. Había pasado -y costaba creerlo-: volvíamos a festejar un gol de locales, el día del cumpleaños 109. Los astros, es claro, estaban a favor. Ese solo grito fue una victoria en sí mismo, pero además resultó el principio de una historia feliz: sí, Atlanta volvió a gritar y a ganar en casa. Fue 1-0 ante Estudiantes, un rival clásico de la categoría y que llegaba con algunos nombres con historia de Primera. Nada importó: en el que acaso fue su mejor partido del campeonato, el equipo de Méndez se llevó los tres puntos ante su gente y volvió a encender la llama de la ilusión. Con el aliciente extra de que Vega batió el récord de mayor racha invicta de la historia del club.

El DT dispuso patear el tablero luego del paupérrimo 0-0 contra Armenio en Maschwitz. Cambió el esquema y cuatro titulares. Se pasó del 4-4-2 a un 4-3-3, con Pinto por el lesionado Peláez, Collavini por Palisi, Lazzarini por Acuña para jugar de punta y una variante que terminaría siendo clave: el regreso de Galeano por Palisi.

Atlanta mostró una actitud diferente desde el comienzo del partido. Contra un rival que tenía jugadores muy experimentados como Ríos, Tavio, Diego Galván, Delorte y Figueroa, salió concentrado desde el primer minuto a marcar la cancha. Y lo logró. Porque llegó con profundidad y cortó los circuitos de juego de un Estudiantes que por momentos pareció bordear la apatía. A los 2 minutos casi llega la primera alegría con un remate desde afuera de Godoy. Y a los 11 cayó del árbol el fruto más deseado: ese gol de Lazzarini que quebró la mufa y ratificó el rumbo favorable del partido.

Ya en ventaja, Atlanta no se conformó y buscó más. Por eso dejó algunos huecos en el fondo, donde lució menos seguro que otras tardes. Pero en todo momento dio la impresión de ser más que su rival. Porque los tres de arriba estuvieron muy rápidos y atentos, porque Sardella fue un león en la recuperación y la defensa acompañó. Pero sobre todo, porque la vuelta de Galeano no fue sólo una cuestión nominal: ante Estudiantes, el que regresó fue el volante criterioso y que hacía jugar a todo el equipo, como en el campeón de 2011. Lejos de la imprecisión pasmosa de sus últimas presentaciones, el volante surgido de las inferiores aportó en la marca pero sobre todo mostró una dinámica y un espíritu de equipo que contagió a todos, y se dejó ver como el futbolista diferente que puede ser.

Las oportunidades llegaron así como consecuencia del dominio y no de pelotazos aislados. Como cuando a los 19 estuvo cerca Maraschi pero despejó la defensa, y en el corner posterior lo tuvo Collavini de cabeza. Casi se da a los 29 el doblete de Lazzarini con un gol olímpico, pero Ríos reaccionó a tiempo. Y a los 40 también pudo haberla metido Maraschi luego de una mala salida de la defensa visitante, pero su remate se fue alto. Estudiantes sólo inquietó con alguna pelota parada que desnudó algunas dudas en la defensa local.

En el complemento Atlanta empezó con la misma voluntad de control, aunque pareció irse quedando de a poco sin combustible. Estuvo muy cerca de liquidar el resultado a los 16: Godoy dejó mano a mano a Maraschi, que ante un Ríos extrañamente estático estrelló su remate en el palo. Fue una pena, porque esa imprecisión cargaría de mucha tensión el final del partido.

De a poco Estudiantes empezó a llegar. Y lo hizo con mucho peligro: a los 32 minutos, con una pared de cabeza, Delorte habilitó a Figueroa, quien quedó mano a mano con Vega. El arquero, en su mejor atajada del partido, logró desviar el remate del delantero.

Y el final sí fue a puro sufrimiento. Vega, muy seguro hasta ese momento en todos los centros, perdió a los 43 una pelota que venía de arriba al chocar con el uruguayo Díaz y por milagro no la metió Britos con el arco vacío. Ya a los 48, los corazones volvieron a detenerse cuando Figueroa cabeceó un centro al gol. Pero el árbitro Carreras -excesivamente permisivo con el juego brusco y las faltas tácticas- acertó al anular el tanto por una clara falta contra Palisi cuando iba a rechazar. Después, llegó el esperado final.

Fue 1-0, con la esperada victoria como locales después de once partidos. Con el gol para sacudirse la mufa, el aliciente de que ahora Vega lleva 712 minutos sin recibir goles y que el equipo vuelve a mirar de cerca la punta del campeonato: está a tan sólo dos unidades de Platense, el nuevo líder. El futuro, por primera vez en mucho tiempo, vuelve a dejar ver algo de luz. Por el buen resultado, pero sobre todo porque finalmente reapareció el fútbol deseado.

Por Federico Kotlar (En Twitter: @fkotlar)

Foto: Vanesa Crisóstomo


Fecha: 14/10/2013.
Categoría: .
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