Una noche plena de emoción e histórica se vivió el miércoles en Atlanta. El homenaje al poeta y periodista Juan Gelman, fallecido el 14 de enero pasado en México, se desarrolló en un clima y un un espíritu con los que sin duda él se identificaba en vida. No faltó su poesía, pero también hubo música, niños felices por expresarse artísticamente, humor, recuerdos y el afecto con que los numerosos asistentes recibieron a la nieta del escritor, Macarena Gelman.

La organización corrió por cuenta del Centro Cultural “Los Bohemios – Osvaldo Miranda”, una iniciativa que con los años se convirtió en realidad y fuente irradiadora de cultura y de distintas actividades hacia la comunidad. Su alma máter, Julio Winnicki —ausente por un inconveniente de salud—, y sus tenaces colaboradores Lily Müller, Simón Poliak y Hugo Lobo, entre tantos otros, convocaron y la respuesta fue inmejorable.

La conducción estuvo a cargo del periodista Horacio Embón, reconocido hincha bohemio. Su claridad y calidez le dieron un toque muy particular a todo el acto, leyendo frases que sobre su querido Atlanta Gelman había vertido en distintas entrevistas. Por el escenario, pasaron primero vecinos que leyeron no sólo poemas de Juan Gelman sino también textos sobre él de Eduardo Galeano y Juan Sasturain. Luego, vinieron las sentidas palabras del coordinador del Centro Cultural “Osvaldo Pugliese”, también de Villa Crespo, acerca de cómo descubrió los versos de Gelman.

Uno de los pasajes más emotivos se vivió cuando subieron los chicos de la Orquesta Infantil “Vamos los pibes”, un proyecto que encabeza el trompetista y socio de Atlanta Hugo Lobo y que va por su segundo año. Con la dirección de Valeria Tartara interpretaron “Estrellita” y una adaptación de la parte coral de la Sinfonía N° 9 de Ludwig van Beethoven. Un repertorio que se adecuó al espíritu del acontecimiento.

A continuación, Lilly Müller entregó a directoras y docentes de distintas escuelas públicas de Villa Crespo las bases del II Concurso Literario para Alumnos de la Comuna 15, que el año pasado había tenido gran repercusión y cuyos participantes se había llevado de premio un libro. En esta ocasión se presentó paralelamente el I Concurso Literario para Padres.

El momento cumbre fue cuando Embón convocó a Macarena Gelman, nieta recuperada de Juan, y símbolo de la lucha tenaz del escritor por la verdad, justicia y memoria. Parte de esos propósitos se cumplieron en 2000, cuando fue hallada veinticuatro años después de haber nacido en cautiverio, tras el secuestro de su padre, Marcelo Gelman, y su madre embarazada, María García. El miércoles, Macarena concurrió acompañada por Nora Gelman, la otra hija de Juan, y Jorge Pedregosa Gelman, también nieto del homenajeado. Una nutrida delegación familiar, que se emocionó ante el público y recordaron cómo había vivido Juan la visita al club en 2006, cuando recorrió el estadio clausurado y aún con cabeceras de madera. Macarena recibió de manos del secretario general del club, Guillermo Ale, una camiseta con la inscripción en su espalda “Por siempre bohemio. Juan Gelman”.

Tras el humor y la música de Horacio Fontova, se procedió a dejar reinaugurada la biblioteca bautizada con el nombre del homenajeado hace más de diez años. Los familiares cortaron la cinta y pudieron ver cómo se organizó el recinto, que ahora espera que concurran los socios y vecinos, además de que se prevé aumentar la cantidad de libros disponibles.

Finalmente, sobre la calle Humboldt, Macarena descubrió un hermoso mural en cerámica de su abuelo, realizado desinteresadamente por el arquitecto y artista Amado Armas.

El espíritu bohemio, tanguero y poético sobrevoló toda la noche el salón Antonio Infante, debajo de la platea del León Kolbowski. Sin duda, una jornada que quedará en la historia grande del club y del barrio. Desde este 14 de mayo, el vínculo de Juan Gelman con Atlanta y Villa Crespo se fortaleció más aún. Porque siempre estuvo, y ni siquiera el terrorismo de Estado, el exilio, el dolor de perder un hijo pudieron romperlo.