Atlanta comenzó su participación en el nuevo torneo de Primera B con una actuación que dejó muchas asignaturas pendientes. Con el debut oficial de Rubén Capria como entrenador, el equipo de Villa Crespo cayó 1-0 ante Fénix como visitante, en un partido en el que no quedó casi nada para rescatar como positivo.
Capria dispuso una alineación titular con muchas variantes con respecto a la que había terminado el campeonato anterior. El equipo salió con Santillo; Perujo, Díaz Villán, Peláez y Torres; Puch, Palisi, Rojas y Sciorilli; Maraschi y Bonfigli. Pero en el balance general, de las seis incorporaciones que se presentaron apenas el arquero, viejo conocido de Atlanta, tuvo un rendimiento acorde a lo esperado.
Luego de un comienzo en el que Atlanta buscó hacer pie y manejar la pelota en un terreno que se lo hacía muy difícil por su irregularidad, Fénix empezó a controlar el trámite. Su presión en la mitad de la cancha le impedía al visitante elaborar circuitos de juego y de a poco se fueron generando problemas en la última línea bohemia.
La primera llegada clara de Fénix fue a los 25 minutos con un remate de Bianchi desde afuera que desvió bien Santillo al corner. Y tres minutos después se dio el golpe que terminaría siendo definitivo: un muy mal pase de Perujo derivó con la pelota en Ciaccheri, quien lanzó un envío largo. Parecía que podía despejar Torres, pero se chocó con la apresurada salida de Peláez a cortar y entonces consiguió controlar Bianchi, quien -con toda la defensa desacomodada por la serie de errores- dejó a Gil mano a mano con el arquero. El delantero no perdonó y marcó el 1 a 0 con un remate bajo.
El resto de la primera etapa vio como se acentuaba el dominio de Fénix ante un Atlanta ahogado por los nervios y la falta de ideas. En el complemento intentó algo distinto y a los 8 minutos tuvo un guiño del destino cuando Ciaccheri vio la segunda amarilla y dejó a su equipo con diez hombres.
El equipo de Capria fue entonces para adelante con decisión, aún dejando espacios en el fondo para la réplica. Pero los encargados de generar peligro no aparecieron: muy impreciso Sciorilli, intrascendentes Puch y Bonfigli, y fastidioso Maraschi, era poco lo que se podía esperar. Guzmán, quien ingresó por Torres en el complemento, generó algo de ilusión por la izquierda. Pero también eso se apagó pronto.
Al final, el triunfo de Fénix fue inobjetable. Atlanta se fue de Pilar consciente de que tenía mucho para mejorar y que debía hacerlo pronto: el martes, en Villa Crespo, llega un clásico en el que errores como los del debut no se pueden repetir.
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