No logra levantar Atlanta en el comienzo del campeonato de Primera B Metropolitana. Errores individuales y colectivos y algo de mala suerte resultaron los ingredientes para una nueva caída, la tercera en la misma cantidad de partidos en el torneo. Esta vez fue 3-1 contra Almirante Brown en Isidro Casanova, en un encuentro en el que otra vez se pudo conseguir algo más, pero las fallas en las dos áreas determinaron la derrota.
Rubén Capria contó para este encuentro con el regreso de Juan Galeano en el mediocampo, luego de la suspensión por la tarjeta roja en la semifinal contra Platense por el último Reducido. La vuelta del jugador distinto del mediocampo bohemio era esperada con ansiedad, pero tendría un desenlace desagradable. Quien salió del equipo para que pudiera ingresar fue Federico Sardella, de pobre actuación ante Chacarita. En la delantera, el DT decidió darle la oportunidad a Ledesma y relegar a Maraschi al banco de suplentes. Se mantuvo el esquema de tres defensores, cuatro volantes, un enganche y dos delanteros.
Había pasado muy poco en el partido cuando otra cadena de equivocaciones dejó a Atlanta de nuevo abajo en el marcador. A la salida de una pelota parada, Galeano quiso iniciar un ataque desde el borde del área pero le robaron la pelota, que quedó para los jugadores de Almirante. Peláez salió apresuradamente y cometió un nuevo penal, que Román Díaz aseguró con un tiro bajo. Iban 10 minutos y el equipo de Capria tenía que remontar otra vez la cuesta.
A los 17 minutos, Peláez se fue lesionado en su rodilla -lo reemplazó Nelson González- con evidentes muestras de dolor luego de una fuerte infracción de Ibars, en la que el árbitro López Aldazábal ni siquiera cobró la falta. Pero a los 29 se sumaría otro error aún más grave, cuando expulsó a Galeano porque cayó con el botín derecho sobre el pecho de un rival en forma casual luego de que le hicieran una falta. Atlanta, así, quedó con un jugador clave menos y abajo en el marcador a una hora del final del partido.
En esos minutos se vio de todas maneras una actitud positiva del equipo, que logró ir arrinconando a Almirante cerca de su arco. Algo que encontró su premio a los 43 minutos cuando Sciorilli clavó en el ángulo un tiro libre para poner la igualdad. Parecía que se podía empezar a mirar el partido con optimismo, pero eso resulta un lujo en este presente de Atlanta. Ya en tiempo de descuento, Díaz Villán se quedó muy corto en la salida al querer entregarle un pase a Santillo, y permitió que Flegenal capturara la pelota y volviera a poner a Almirante arriba 2-1, con un remate al primer palo del arquero. Insólitamente, otra vez había que buscar desde abajo.
En el segundo tiempo se vio una historia repetida de los últimos partidos. Atlanta insistió en busca del empate, aunque dejando algunos huecos atrás. Para tratar de arreglar esos desajustes, Capria hizo entrar a Perujo por Díaz Villán -uno de los que más sufre el esquema de tres defensores- para equilibrar un poco la defensa y armar la línea de cuatro atrás. En ataque, Sciorilli se mostraba activo y encabezaba la esperanza de llevarse al menos un punto. Pudo haber sido si entraban las chances que desperdiciaron primero Bonfigli y después Ledesma, o el tiro libre que Sciorilli esta vez estrelló en el travesaño. Pero al final, con la defensa totalmente jugada, Herrera puso el 3-1 definitivo a los 46 ante el achique de Santillo. Y así llegó una nueva decepción para un equipo que no termina de encontrar el camino.
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