Póker de derrotas

Atlanta no le encuentra la vuelta a este campeonato: perdió 0-1 contra Estudiantes de Buenos Aires y sumó así su cuarta derrota en los cuatro partidos que jugó, algo que no sucedía desde la temporada 87/88, cuando se perdieron los cinco primeros encuentros de ese torneo de la B Metropolitana, en el que fue el peor arranque de la historia bohemia.

Para este partido, Rubén Capria decidió volver a la línea de cuatro defensores para ganar solidez atrás. Entró Julián Perujo por el lesionado Cristian Peláez y Adrián Torres bajó a jugar como lateral izquierdo. En el medio, Federico Sardella entró por el suspendido Juan Galeano  -todavía debe cumplir un partido más- y, en la delantera, Juan Manuel Cavallo hizo su debut al entrar en lugar de Emiliano Bonfigli.

Pero nada cambió: Atlanta volvió a mostrar endeblez defensiva y escasas ideas para acercarse al arco rival. El primer tiempo mostró los mejores pasajes de fútbol del Bohemio, con ataques generalmente comandados por el voluntarioso Sebastián Sciorilli. De todos modos, Atlanta no creó ninguna llegada clara.

En cambio, Estudiantes esperaba para salir rápido de contraataque y tuvo tres situaciones, todas producto de errores defensivos de Atlanta. En las dos primeras salvó Santillo y en la tercera, a los 36 minutos, Juan Martín convirtió el que sería el gol del triunfo. Como en los tres partidos anteriores, el equipo de Capria se iba al descanso perdiendo.

Ese gol derrumbó anímicamente a un equipo que ya venía golpeado. Los últimos minutos del primer tiempo mostraron a un conjunto desconcertado al punto de que pudo haber recibido otro gol. En el segundo tiempo, Estudiantes se dedicó a cuidar la ventaja y le cedió pelota y el  terreno a un Atlanta que no supo qué hacer.

Capria sacó a Sardella y puso a Guzmán por izquierda, pero el Chaco, con el perfil cambiado, no pudo desbordar nunca: en casi todas las jugadas terminó enganchando hacia adentro para buscar su mejor perfil y, en general, tuvo que jugar la pelota hacia atrás, con lo que todo se frenaba. Después  entró Bonfigli por Torres: Atlanta jugó casi 20 minutos con tres 9, pero ni así generó peligro. Todo terminaba en centros fáciles para Ríos. Sobre el final debutó Fabricio Pedrozo  -entró por Cavallo- pero ya quedaba muy poco tiempo como para cambiar la historia.

Este torneo no da respiro, y la posibilidad de revancha llega demasiado rápido: el lunes a las 15.30, con menos de 72 horas de descanso, Atlanta visitará a Brown en Adrogué, con la misión de sumar para no igualar el triste récord de aquel equipo de 1987/88 dirigido por Filpo Núñez.