Por Bicho, Atlanta asomó la cabeza

Aún después de las caídas dolorosas, la vida continúa. Y también el fútbol. Apenas cinco días después de la dura experiencia en el clásico en San Martín, Atlanta tuvo que dar otro examen como local. Y el equipo mostró señales de rebeldía ante la adversidad. Aunque siempre dentro de las limitaciones que exhibió durante este campeonato, los de Cassano dieron una muestra de personalidad y ganaron su mejor partido del torneo, ante un Almirante Brown que está prendido en la pelea por los puestos de ascenso. Fue 2-1 y Maraschi, en un partido muy especial para él, se despachó con un doblete para marcar sus primeros tantos de esta campaña.

Con los mismos once que habían perdido contra Chacarita, Atlanta peleó de igual a igual desde el primer minuto contra el cauteloso equipo de Felipe de la Riva, que presentó un 4-4-2 que por momentos, cuando Rossi bajaba a volantear -y esta era una situación frecuente- se transformaba en un 4-5-1. Con Palisi atento el quite, Galeano buscando como siempre hacerse eje del toque en la mitad de la cancha y las siempre interesantes escaladas de Puch, Atlanta ponía lo más interesante del partido. Claro que en la derecha de la defensa, como suele pasar, Silva sufría muchas veces su soledad, en ese hueco que dejaban las excursiones de Puch y que los rivales se acostumbraron a aprovechar. Pero la vida y el fútbol no se pueden asumir sin riesgos. Y Atlanta los corría.

El premio llegó a los 17 minutos. Puch realizó una buena jugada por derecha, se metió en el área y alcanzó a poner la punta del botín antes de la lenta salida de Centeno. La pelota le quedó a Maraschi, que la empujó para el 1-0. Ante su ex equipo, el Bicho daba la primera estocada. Eso sí: duró poco la alegría porque cinco minutos después del tanto, en una nueva distracción en una pelota parada, Canelo cabeceó solo desde el borde del área chica para marcar la igualdad.

El partido entró en una medianía, con impotencia de los dos lados para lastimar. Pero un grosero error de Zunino en un pase largo permitió la entrada de Maraschi -otra vez- quien definió suave por debajo del cuerpo del arquero. Con maestría, el delantero se anotaba un doblete y volvía a desatar la alegría del local.

Sufrió algo Atlanta en el segundo tiempo, aunque sin pasar grandes terremotos. Preso de sus limitaciones, se fue atrás ante un rival que nunca arriesgó demasiado en busca de la igualdad. En los contraataques, tampoco estuvo preciso para liquidar la incógnita del resultado, pero más allá de la tensión sólo sufrió en defensa con un tiro de Canelo desde afuera que Santillo desvió por encima del travesaño y una doble salvada de Francés -acá sí con algo de milagro- en un tiro de esquina. Al final, el pitazo de Carreras decretó la alegría. Tibia, dentro de una campaña que sigue muy lejos de las expectativas. Y en la que manda el deseo de que chispazos como estos puedan alimentar el fuego de la resurrección.

Por Federico Kotlar. En Twitter: @fkotlar