Juan Ignacio Calcagno. A los 45 años, Marcelo Fabián Domínguez sigue eligiendo calzarse los guantes y subir al ring. Casi veinte años han pasado desde aquella pelea contra Akim Tafer en Francia que le dio el título mundial crucero de la CMB. Con cinco defensas exitosas, retuvo el título durante casi tres años, cuando en 1998 un traspié frente al cubano Juan Carlos Gómez lo despojó del cinturón. Sin duda aquellos fueron los años más prósperos de su carrera, y el libro que el mismo Domínguez escribió, El día que fuimos campeones, cuenta en detalle aquel proceso que lo llevó a la cima del boxeo.
Luego vendrían el ascenso a la categoría de los pesados, las tres victorias frente a La Mole Moli, que le permitieron conquistar los títulos argentino y sudamericano de peso completo, y un retiro en el año 2006, que fue en realidad un paréntesis. El Toro volvió en mayo de 2013, con un nocaut ante el formoseño Antonio Brigido Ruiz Díaz. Desde entonces ha hecho ocho peleas profesionales, demostrando en cada una de ellas que a veces la edad no la dicta sólo el DNI.
Domínguez vs. Domínguez
La velada en el Ce.De.M. N°2 de Caseros presentaba como pelea estelar a Luis Tejerina con David Romero, con el título welter OMB Latino en disputa. En las preliminares, los combates más interesantes, al menos en la previa, eran el de Lazarte con Carlos Farías y el de la invicta Débora Dionicius frente a Florencia Canteros.
Antes de estas peleas, Marcelo Domínguez debía medirse ante Nelson Domínguez (17-5-1, 8 KO), en lo que sería su combate profesional número 57. Su rival, ocho años menor, número 6 en el escalafón argentino de los pesados, se presentaba como un escollo complicado para el Toro, quien debía aplicar toda su experiencia si quería doblegar al mañoso “Chatrán”, como apodan a Nelson. Es importante recordar que Marcelo Domínguez venía de una derrota frente al campeón argentino de los pesados, Matías Vidondo, en una pelea con título en juego que debió abandonar por un profundo corte en la ceja en el segundo round. De esta manera, el compromiso frente a Nelson Domínguez adquiría la temperatura de una revancha personal, y la necesidad de vencer para acceder a la posibilidad de un desquite frente a Vidondo.
El combate comenzó a todo ritmo, con un Marcelo Domínguez yendo al choque, haciendo honor a su apodo, con rectos, uno-dos y una andanada de boleados que impactaron en más de una ocasión en el rostro de Chatrán. Por su parte, este parecía sorprendido de la intensidad que estaba tomando el combate, y en las oportunidades en que se prestaba al golpe por golpe salía perdiendo ante la puntería del Toro. La falta de recursos para trabajar por afuera, o golpear y salir, impidieron a Nelson sacar una ventaja, y jamás pudo encontrarle la vuelta a la pelea. De hecho, en el sexto round, el último, una combinación de golpes derribó a Chatrán, como para no dejar ninguna duda acerca de la superioridad del ex campeón crucero. Las tarjetas refrendaron lo que todo el público vio con una decisión unánime (59,5-55; 60-55,5 y 59-55,5).
Marcelo Domínguez, el Toro, se mantiene fiel a la naturaleza de su estilo, y demostró intactos el empuje, la guapeza (y una mandíbula de hierro) que supieron llevarlo hace veinte años a lo más alto. El triunfo de anoche nos permite soñar con una revancha con Vidondo por el título, que de concretarse, y de ganar, ubicaría a nuestro director de box como el titular del campeonato argentino pesado más longevo de la historia. Después de la demostración de anoche, sobran elementos para alimentar expectativas.
El resto de la velada
María Magdalena Rivera derrotó por puntos, en fallo unánime, a Guadalupe María Antonia Maldonado.
Débora Dionicius venció por puntos, en decisión unánime, a Florencia Canteros.
Lucas Priori derrotó por nocaut técnico en el 2° round a Esteban Waldemar Ponce.
Gonzalo Basile venció por nocuat técnico al brasilero Mateus Roberto Osorio.
Luis Lazarte ganó en fallo dividido ante Carlos Farías.
David Romero venció por nocaut a Luis Tejerina, alzándose con el título OMB latino de la categoría welter.
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