El grito del desahogo de Atlanta recién pudo llegar sobre el final. Fue en un partido jugado a puro nervio que reapareció la victoria para el equipo de Villa Crespo, después de siete encuentros y cuando empezaba a peligrar la chance de ingresar al Reducido por el segundo ascenso. El 1-0 fue un paso importantísimo para no sólo consolidar el lugar entre los cinco primeros sino también reencontrarse de a poco con la confianza que permanecía extraviada.
Carlos Mayor, que hizo su estreno como local con un triunfo, dispuso para este encuentro el ingreso de Guzmán por el suspendido Perujo -el chaqueño se ubicó como volante por derecha mientras que Collavini retrocedió a marcar la punta-. Y otra variante que incluyó un regreso fundamental: en lugar de Díaz Villán volvió al equipo Emanuel Francés, quien pese a la extensa inactividad -no había jugado en todo el año, salvo unos minutos ante Flandria- demostró el rol clave que cumple tanto por presencia física como para poner orden en una línea de cuatro poco habitual.
Atlanta empezó mejor el partido, controlando territorialmente el desarrollo aunque con poco más que buenas insinuaciones. Galeano se ubicó de enganche y Nania por la izquierda del mediocampo, en un claro 4-3-1-2. Del otro lado, el DT Nardozza plantó un esquema con cuatro defensores, un volante -Zeballos- parado casi entre los dos marcadores centrales, una línea de otros tres mediocampistas (Pajón, Lorefíce y Bevacqua), y arriba el Chipi Vera y Noriega.
Pasaban los minutos y el dominio bohemio no se traducía en situaciones de gol. Atlanta era algo más, pero la única ocasión de riesgo para uno de los arcos fue a los 38, cuando Godoy, de buen partido, le ganó la posición a su marcador en una pelota llovida y quedó mano a mano con Gagliardo. Lo tocaron, trastabilló y le pegó desviado. El árbitro Stoklas sin embargo no cobró penal.
En el segundo tiempo Atlanta fue más decidido a buscar la victoria, ante un Los Andes que parecía conformarse con un empate que lo hubiera dejado en posición expectante para meterse entre los cinco mejores. Gagliardo se lució a los 4 minutos cuando manoteó un cabezazo de Godoy y luego reaccionó de manera espectacular en el rebote cuando estaba por meter el gol Acuña. Pero a los 9 Atlanta sufrió por primera vez atrás. La defensa quedó muy mal parada por primera vez en el partido: tropezó Francés ante Noriega, que la cruzó para que entrara Pajón. Nanía no pudo tomar la marca del ex Atlanta y Chacarita, quien finalmente remató desviado.
Mayor hizo ingresar a los 13 minutos a Ledesma, delantero definido, por Nanía. Acuña se retrasó un poco, pero quedaba claro que la intención de Atlanta no era apenas rescatar un punto. Y a los 21 hubo un premio para esa actitud: Ledesma ganó con potencia una pelota en el área y Godoy le aguantó muy bien la marca. Cuando el juvenil estaba por definir, Zeballos se lo llevó por delante y Stoklas marcó el penal. Le pegó Godoy con el alma, para marcar el que insólitamente fue apenas su primer gol en Villa Crespo con la camiseta de Atlanta y romper el cerrojo de Los Andes.
El partido se volvió más caliente: a los 29 Los Andes se quedó con uno menos por la expulsión de Noriega, que le pegó un codazo a Francés en la disputa de una pelota. Pero a los 35 también vio la roja Collavini -que había tenido un sólido rendimiento-, por reaccionar luego de que Segovia le pusiera el codo en la nuca en la disputa de una pelota. El árbitro sólo sancionó disciplinariamente al jugador local. Las expulsiones no terminaron ahí, porque a los 43 Gagliardo interrumpió fuera del área con la mano como último recurso un contraataque de Godoy que tenía destino de gol y también se fue a los vestuarios. Pasó entonces -el visitante ya había hecho sus tres cambios- a ocupar la valla Lorefice, al que un Atlanta nervioso no llegó a probar ni una vez con un remate al arco. Y hubo más: Zeballos agredió a Ledesma sobre un costado a los 47 y Stoklas también lo echó.
Ni siquiera cuando quedó con diez jugadores contra ocho del rival Atlanta se pudo quedar tranquilo. Porque la presión por conseguir la victoria era mucha y los jugadores, en lugar de apostar a la tenencia de la pelota en los espacios vacíos ante un rival disminuido, rifaban la tenencia con pelotazos largos que capturaban los rivales. Así fue como la victoria peligró a los 48, cuando el ingresado Blanco peinó un centro y la pelota se fue apenas desviada. Pero finalmente se selló ese 1-0 clave que hizo volver la alegría a Villa Crespo. El Reducido -principal objetivo aunque aún haya remotas chances matemáticas de un ascenso directo- ya es casi una realidad. Y en el camino futbolístico parecen haber aparecido otra vez argumentos para que la ilusión renazca.
Por Federico Kotlar. En Twitter: @fkotlar
Foto: Jorge De Gregorio
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