Con fútbol y coraje, Atlanta consiguió en San Martín un empate 1-1 que dejó sabor dulce por cómo se dio el trámite del partido y porque el rendimiento del equipo permitió ilusionarse de cara al futuro.
Mauricio Giganti decidió apostar en el primer tiempo por un esquema de cinco defensores, con el ingreso de Rasso a la formación titular en lugar de Pinto, el regreso de Mazzola entre los once de arranque en lugar de Ríos y una modificación que sería clave: Bogado como volante central en lugar de Marín.
El intento de Atlanta por controlar el buen fútbol de Chacarita, que llegaba al clásico como puntero e invicto, se cumplió parcialmente en la primera mitad. Fue un comienzo parejo en el que el Bohemio se mostró bien parado en defensa aunque con algunas dificultades para controlar al delantero de punta rival, Luciano Giménez, más allá de que el arco de Correa parecía quedar demasiado lejos.
Pero a partir de los 20 minutos, la habilidad de Blanco empezó a marcar los tiempos del partido. Y a los 27 apareció otra vez un espacio para que Giménez desequilibrara ante la mirada de Aguirre y un cruce de Fernando González que nunca llegó, y sacara un remate envenenado al segundo palo. Sumavil alcanzó a manotear y la pelota dio en el palo, pero el rebote le quedó a Blanco, que con un remate medido puso en ventaja al local.
Atlanta sintió el golpe y padeció lo que quedaba de la primera etapa. Fueron minutos en los que daba la impresión de que Chacarita tenía muy abierta la posibilidad de aumentar, con una defensa visitante que no se mostraba estable y un mediocampo que no alcanzaba a hacerse de la pelota.
Giganti reaccionó rápido en el comienzo del segundo tiempo: volvió a la línea de cuatro defensores y dispuso el ingreso de Vedoya por Rasso para sumarle picante al ataque. Y de entrada quedó claro que a Chacarita se le hacía más incómodo el partido, mientras Atlanta se plantaba más cerca del arco de Correa.
Bogado se hizo dueño de la mitad de la cancha con su ubicación y pegada, mientras aparecía cada vez más la habilidad de Bisanz para desequilibrar a un rival que en medio de su nerviosismo muchas veces apelaba al juego brusco para detenerlo. Faltaba la puntada final en los últimos metros, donde a Mazzola otra vez le faltaba el cambio de ritmo necesario para llegar a posición de gol con peligro.
Pasaban los minutos y parecía que el empate se transformaba en una utopía, pero Atlanta nunca se cansó de ir hacia adelante y a ocho del final recibió su premio. Camargo, de buen segundo tiempo, recibió en el segundo palo la pelota después de un centro y sacó un centro muy preciso para la entrada de Bisanz, que con el arco vacío empujó la pelota a la red para lograr el desahogo bohemio.
Tocó sufrir un poco en los últimos minutos, en los que también podría haberlo ganado Atlanta si un remate de Vedoya dentro del área no se desviaba en la defensa o el cabezazo de González en la última tenía algo más de dirección. El empate, al cabo, fue el resultado más justo para el clásico. Y un buen empujón de optimismo para un Atlanta que tiene elementos para apoyarse, a partir de esta buena actuación, en construir algo mejor para el futuro.
SÍNTESIS
Chacarita (1): Correa; Juan Cruz González, Lettieri, Caro Torres, Quiroz; Cuello (ST 39m. Alderete), Perdomo (ST 16m. Hoyos); Blanco, Matías Rodríguez (ST 16m. Nicolás Gómez), Pugliese (ST 35m. Astina); y Luciano Giménez (ST 39m. Rasic). DT: Aníbal Biggeri. No ingresaron: Losas, Laurelli, Tobías Fernández y Kevin Fernández.
Atlanta (1): Sumavil; Camargo (ST 39m. Del Grecco), Rasso (ST Vedoya), Aguirre, Fernando González, Dramisino; Galeano (ST 39m. Marín), Bogado, Federico Bisanz; Mouche (ST 20m. Ríos) y Mazzola (ST 44m. Olivera). DT: Mauricio Giganti. No ingresaron: Pedro Fernández, Mosca, Krilanovich y Becker.
Goles: PT 27m. Blanco (C); ST 37m. Federico Bisanz (A).
Amonestados: Bogado, Federico Bisanz (A), Luciano Giménez, Lettieri, Nicolás Gómez (C).
Árbitro: Ariel Penel.
Estadio: Chacarita.
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