Entrega, efectividad, valentía y alguna ayuda del azar. Atlanta se llevó ante Estudiantes un triunfo por 3-2 en un encuentro cambiante y en el que durante buena parte de la historia le tocó sufrir, pero nunca renunció a su libreto y encontró su premio. Para festejar tres puntos en la tarde fría de feriado en Villa Crespo e ilusionarse con que a partir de esta sonrisa se empiece a encontrar la regularidad tan esperada.

Por Federico Kotlar

Atlanta llegaba a este partido con la necesidad de revertir la imagen que había dejado en la caída ante Brown de Adrogué y mejorar la forma futbolística, luego de haber sufrido tres derrotas en los últimos cuatro partidos. Mauricio Giganti dispuso con esa idea dos variantes en el equipo titular: el regreso de Kevin Duarte como volante central en lugar de Mauro Bogado, y el debut en la ofensiva del recién llegado Kevin Pavia, en reemplazo del lesionado Franco Vedoya.

El comienzo mismo del partido fue una muestra de lo que iba a ocurrir durante el primer tiempo. Estudiantes empezó a encontrar importantes huecos en la derecha de la defensa de Atlanta, a espaldas de Camargo y en un sector en el que Gelos no llegaba a cerrar a tiempo. Y cuando iban apenas 7 minutos, en una jugada en la que el ataque visitante se movió con gran comodidad dentro del área, Acosta definió para marcar la primera diferencia en el marcador.

Por cómo venía el trámite y por haber recibido un golpe tan rápido, el panorama se adivinaba oscuro para Atlanta, que sin embargo reaccionó muy rápido. Apenas dos minutos después, Mazzola ganó un foul en el costado izquierdo del ataque y desde ahí se hizo cargo de la pelota parada Juan Galeano, que terminaría siendo otra vez la gran figura del partido. Parecía que llegaría un centro, pero el 10 remató directo al arco y se encontró con una floja respuesta del arquero Vega, así que el Bohemio se encontró con el alivio del empate sin dar tiempo a que afloraran las dudas del pasado.

El gol, de todos modos, no alcanzó para solucionar los problemas que generaba Estudiantes con sus buenas combinaciones en las bandas, que solían encontrar a los jugadores de Atlanta un segundo tarde y sin posibilidades de cortar la acción. Así y todo, el local logró dar vuelta el resultado en una jugada aislada y otra vez gracias a una cadena de errores del rival. Camargo envió un centro al área, donde no había jugadores de Atlanta, la defensa de Estudiantes se enredó en el despeje y la pelota le cayó en la medialuna a Pavia, que sacó un remate esquinado. Pareció que la controlaba Vega, pero dio un rebote corto que aprovechó Mazzola para anotar por primera vez en el campeonato en Villa Crespo.

Con el resultado a favor, Giganti buscó armar una línea de cuatro volantes, con Galeano más suelto cerca de la posición de Mazzola, para tratar de contener los avances del visitante. Pero la defensa siguió sufriendo y poco después, en una jugada con muchos rebotes que siempre tomaban los jugadores de Estudiantes, Garnerone definió cómodo desde el punto del penal luego de una pared.

Más allá de la decepción por no haber podido mantener la diferencia en el marcador, al final del primer tiempo la sensación era la de que Atlanta se había llevado más de lo que merecía ante un rival que siempre pareció entender mejor cómo jugar el partido. La suerte, tantas veces esquiva, esta vez le había sonreído al Bohemio.

Giganti decidió para el segundo tiempo el ingreso de Alan Aguirre en lugar de Valentín Gelos, uno de los que más había padecido en la etapa inicial. El equipo ganó tranquilidad con el cambio, y ya Estudiantes, aunque con buen juego, tuvo más dificultades para aproximarse hasta las cercanías de Sumavil.

Bien de entrada, Atlanta volvió a golpear. Fue gracias a una gran jugada colectiva, en la que Mazzola ganó una pelota clave en el mediocampo para desarticular a la defensa de Estudiantes, y en el cierre Becker metió un pase delicioso para otra definición con mucha clase de Galeano, que desató un nuevo festejo en el Gran León.

Más asentado, el local aguantó los embates de un Estudiantes que fue perdiendo de a poco los caminos para llegar con peligro. Pero en los últimos 15 minutos, otra vez por la derecha de la defensa aparecieron algunas grietas y el visitante trató de hacer su negocio. Algún revolcón de Sumavil, otra vez de sobria actuación, y el esfuerzo de todo el equipo permitieron resistir la arremetida final de un rival que jugó bien pero se quedó sin nada.

Apareció entonces la esperada victoria como locales después de dos caídas consecutivas y tres partidos sin ganar en Villa Crespo. Con bastante sufrimiento pero también habiendo mantenido siempre la búsqueda de la victoria, el equipo de Giganti se llevó el gran premio de la tarde. Para soñar con que se puede dar la pelea arriba y terminar de enderezar el rumbo en medio de los sacudones de un campeonato que no permite relajarse.

SÍNTESIS

Atlanta (3): Sumavil; Camargo, Gelos (ST Aguirre), Fernando González, Mosca; Dramisino (ST 15m. Bogado), Duarte, Galeano; Pavia (ST 15m. Medina), Mazzola (ST 24m. Ferreyra) y Becker (ST 43m. Bisanz). DT: Mauricio Giganti. No ingresaron: Pedro Fernández, Pinto, Camissasa y Mouche.

Estudiantes (2): Vega; Minervino (ST 43m. Núñez), Lorenzón, Felissia, Nicolás Fernández; Mayorga (ST 30m. Blanco), Lugo, Acosta, Garnerone; Parisi (ST 30m. Nicolás González) y Bolzicco (ST 24m. Fagúndez). DT: Juan Manuel Sara. No ingresaron: Amadé, Monzón, Diego López, Bottino, Briñone.

Goles: PT 7m. Acosta (E), 9m. Galeano (A), 18m. Mazzola (A), 27m. Garnerone (E). ST 3m. Galeano (A).

Amonestados: Parisi y Felissia (E).

Árbitro: Daniel Zamora.

Estadio: Atlanta.