Campanazo de Atlanta para volver a la punta

No era el peor escenario, pero sí uno muy difícil: Atlanta tenía que enfrentar a un Villa Dálmine en alza, que llegaba con tres victorias consecutivas e invicto en el año. El choque iba a ser en Campana, donde no se ganaba desde 1980. Y, por si hacía falta agregar algo, la última victoria contra el Violeta en cualquier estadio se remontaba a 1987. Pero este equipo volvió a demostrar que no hay racha en contra que lo asuste: diez días después de borrar de un plumazo los 18 años sin vencer a Chacarita, se llevó puesta la maldición de Villa Dálmine con un 2-0 claro y una actuación tan convincente como para que los sueños de ascenso siguieran más vigentes que nunca. El premio fue grande: Atlanta recuperó la punta del torneo, en compañía de Nueva Chicago.

Al principio del partido le costó un poco al equipo de Cassano y Magarelli imponer su juego. Pero de a poco el esquema -el mismo que presentó en el empate ante Merlo, donde la idea es que Nanía y Galeano oficien de doble enganche cuando el equipo tiene la posesión de la pelota- empezó a funcionar y el visitante se afianzó como dominador. Estuvo cerca el primer tanto a los 21 minutos con un tiro libre de Perujo que Agustín Gómez envió al corner. Y dos minutos después, en una brillante jugada colectiva que incluyó toques de todos los colores, Marcos Godoy definió con un remate bajo para poner el primer gol y confirmar -sin las dudas que dejó el primer tanto en San Martín- el final de su racha sin convertir. Fue el comienzo de la gran victoria.

Un minuto después, parecía que todo podía empezar a definirse del todo cuando derribaron a Maraschi en el área y el árbitro López Aldazábal sancionó el claro penal. Pero el arquero Gómez controló el remate del Bicho, quien en el rebote tuvo otra chance clarísima para convertir pero le pegó por arriba del travesaño. Atlanta no pareció sentir el golpe. Manejó el trámite del partido ante un rival sin respuestas y a los 33, con una soberbia definición de Galeano -remate suave y bien colocado, con cara interna del pie derecho desde la medialuna del área- se puso 2-0 arriba. Por si todo esto fuera poco, a los 41 Ferreyra se fue expulsado por una protesta desmedida y el local se quedó con uno menos. El partido quedó a pedir de un Atlanta que no desaprovechó su oportunidad.

Dentro de un escenario de alegría, la mala noticia fue la lesión de Galeano: un esguince de tobillo a raíz de una fuerte falta de Ferreyra antes de su expulsión. El gran estratega de Atlanta fue reemplazado por Guzmán y todavía se desconoce cuánto tiempo de recuperación le demandará su dolencia.

En el segundo tiempo, ninguno de los dos cambió la historia: Atlanta porque no quiso, Dálmine porque no pudo. La victoria se cerró con un 2-0 para exterminar los malos augurios que dejaba la estadística adversa. El equipo volvió a mostrar que esas misiones que en la previa parecen imposibles le sientan bien. Mientras tanto, con menos ruido que otros en la categoría, da pasos hacia el gran objetivo.