El sábado se cerró con un dolor doble en Villa Crespo. El primero porque otra vez a Atlanta se le escapó cerca del final una victoria. El segundo, porque se le dio punto final, de común acuerdo entre la dirigencia del club y el cuerpo técnico, al ciclo como DT de la Primera de una persona entrañable para el club como Sebastián Cassano.
“Sólo tengo palabras de agradecimiento”, afirmó el Pipa ante la consulta del sitio web oficial de Atlanta sobre el balance de su período como entrenador del equipo.
Sería injusto reducir a los números (8 partidos ganados, 9 empatados y 4 perdidos) la síntesis del rendimiento del equipo con Cassano al frente. Le tocó asumir en un momento difícil, cuando renunció Sebastián Méndez el 3 de noviembre del año pasado. Atlanta estaba puntero y las expectativas eran altas. El equipo siguió jugando con el 4-3-3 que había comenzado a implementar el técnico anterior y los resultados fueron aún mejores. La dupla de Cassano y Magarelli debutó con un 3-0 como local ante Flandria y después hasta fin de año sumó dos victorias más en Villa Crespo (4-1 frente a Acassuso y 1-0 contra Barracas Central) y dos empates fuera de casa ante adversarios difíciles: sendos 1-1 contra Los Andes y Platense.
Ya este año, se perdió el invicto en el primer partido con la caída 2-1 en Villa Crespo frente a Nueva Chicago, que se empezaba a perfilar como el gran candidato para el torneo. A pesar de que en un primer momento Atlanta mantuvo con hidalguía la pelea por la primera ubicación, finalmente sucumbió ante el andar de un rival demasiado sólido.
En ese difícil camino, de todas maneras, Atlanta sumó dos victorias para el recuerdo: la más importante, sin dudas, el 2-1 frente a Chacarita en San Martín, que significó la primera gran alegría en el Clásico desde 1997. Pero también marcó un hito el triunfo 2-0 contra Villa Dálmine en Campana, algo así como un territorio prohibido para el equipo, que no se imponía ahí desde 1980.
Las sonrisas empezaron a hacerse más esporádicas y en los últimos seis partidos el rendimiento del equipo decayó notoriamente. Consecuencia directa: los resultados dejaron de acompañar y se erigió una racha negativa de seis partidos sin ganar que aún está vigente. Ante esta perspectiva, la dirigencia eligió el “cambio de timón” que anunció el presidente Alejandro Korz el sábado pasado tras el empate frente a Defensores, donde tampoco acompañó la suerte.
Regresa entonces Cassano a su cargo en las Divisiones Inferiores. “Tengo la tranquilidad de haber dado todo en todo momento”, le comentó a este sitio luego de su salida. Las circunstancias determinaron el final de su ciclo. Pero su lugar en el corazón del club está más allá de cualquier mala racha.
Por Federico Kotlar. En Twitter: @fkotlar
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