Merlo le dio un golpe a la ilusión de Atlanta

Y un día, el arco se cerró. Fue justo en el partido posterior al clásico en San Martín, aquel de la victoria soñada por los hinchas de Atlanta y que había hecho volar los sueños. Siete días después de aquella gran alegría, en casa, el equipo de Cassano no pudo quebrar la resistencia de Deportivo Merlo. Más allá de algunos gruesos errores arbitrales, sufrió sobre todo por falencias propias en la elaboración de juego y una poco habitual falta de pimienta en ofensiva que desembocó en el desabrido 0 a 0 final.

Atlanta mostró un leve predominio en el comienzo del partido, aunque -tal como sería la norma durante la gran parte del encuentro- con poca profundidad. La primera llegada fue a los 12 minutos, cuando la defensa de Merlo quedó mal parada y, tras un centro bajo de Perujo -que redondeó uno de sus mejores partidos de la temporada luego de sus complicaciones en San Martín-, Godoy sacó un tiro con comba que no tomó efecto a tiempo y salió desviado.

Buena parte de la platea festejó a los 22 un gol de Godoy que fue bien anulado por off-side. Y un minuto después se dio una buena chance: se juntaron Galeano y Nanía -motores del juego del mediocampo de Atlanta, aún con algunas intermitencias- y todo terminó en una volea de Maraschi que controló Rodrigo Llinás, muy aplaudido por el público en su regreso a Villa Crespo.

Atlanta probaba con variantes tácticas para tratar de desarmar a un rival que aguantaba firme atrás con su planteo cauteloso. Pero la rotación de Nanía y Galeano, que cambiaban continuamente de banda en el mediocampo y se cruzaban para generar espacios, no alcanzaba. Esta vez con un 4-4-2 y dos volantes de marca -Sardella y Palisi, quien extrañamente fue el que resultó más comprometido de ambos en tratar de pisar el área rival- pareció faltar un nexo para que la pelota llegara arriba con claridad. Atrás no se sufría porque la defensa controlaba sin problemas a Pasquale y Pablo Rodríguez, pero faltaba acción arriba, donde Godoy chocaba contra los centrales y a Maraschi le costaba encontrar espacios para desbordar.

Ante el avance del reloj, el equipo de Cassano buscó en el segundo tiempo cada vez con más insistencia -y nerviosismo- la victoria, pero la receta para quebrar el cero no apareció. Eso sí: a los 7 minutos el gol estuvo muy cerca cuando increíblemente, a unos dos metros del arco, Maraschi conectó una volea que fue a dar justo contra una de las piernas de un Llinás que no hubiera podido dar ninguna respuesta si la trayectoria era apenas distinta. En el rebote, el árbitro Barraza cometió su primer error importante al ignorar una falta contra Godoy, que había quedado en buena posición para convertir. No volvería a aparecer una chance igual.

Con el ingreso de Ada por Pablo Rodríguez en el visitante, aparecieron los primeros problemas defensivos para Atlanta. La velocidad del jugador de Merlo complicó a una defensa que quedaba cada vez más expuesta por la necesidad de soltar a sus jugadores para ir a buscar al arco de enfrente. Y a los 11 minutos llegó el primer susto grande en el área propia, cuando el recién ingresado Ada encaró entre todos y quedó mano a mano con Vega. Su definición, con poco ángulo, se fue afuera por el primer palo.

Desde el banco se intentó volcar al equipo cada vez más a la ofensiva con variantes de nombres y tácticas: primero Guzmán reemplazó a Palisi y luego Acuña a Nanía. Atlanta iba cada vez más decidido y dejaba algunos espacios atrás, por lo que el partido alcanzaba la emoción que le había faltado en el primer tiempo. A los 28 minutos, Barraza cometió su segundo error grave al no cobrar penal por un clarísimo agarrón a Maraschi dentro del área.

También Merlo llegaba y a los 32 dispuso de su mejor oportunidad del partido. Tras un tiro libre bajo, Vega dio un rebote corto y la pelota le quedó a Biglia, quien le pegó por arriba desde la línea del área chica. Atlanta tuvo algunos intentos más: una media vuelta de Peláez que se fue cerca; un tiro cruzado de Acuña; un remate de Guzmán tras un despeje corto de Llinás que buscaba el arco pero rebotó en una pierna; y la última cuando le pegó de emboquillada Godoy y la pelota se fue apenas arriba. Nada pudo mover el cero.

Atlanta seguramente mereció algo más. Pero si no logra combinar pronto la potencia ofensiva de la que supo gozar con un esquema que le permita cierta seguridad en la última línea, será difícil mantener la pelea arriba en las posiciones ante un Chicago que sigue muy derecho.

Por Federico Kotlar. En Twitter: @fkotlar