Atlanta se apoyó en una defensa impecable y volvió a disfrutar con un triunfo ante Belgrano. 

El de este martes en Villa Crespo estuvo lejos de ser el mejor partido de Atlanta en este campeonato. Ni siquiera fue el mejor de los que jugó desde que quedó atrapado en una racha negativa que lo había privado de sonrisas y casi hasta de la posibilidad de festejar goles. Sin embargo, por obra de esas aristas que el fútbol ofrece, aunque también por méritos propios, se dio el gusto de festejar esa victoria que se le había escapado en otras ocasiones en las que fue más vistoso pero menos efectivo.
Para el choque ante Belgrano, un rival que no solo ofrece nombres poderosos entre sus titulares sino que por ejemplo se da el lujo de tener en su banco de suplentes a jugadores con antecedentes en River, Walter Erviti apeló al regreso de algunos futbolistas que en choques recientes habían quedado relegados. Regresó en la defensa Martín García pero no como central sino como lateral izquierdo en lugar de Ramiro Fernández; Bolívar volvió a ocupar el centro de la mitad de la cancha y Ramírez tuvo menos responsabilidad en la marca; y también Pedrozo se metió entre los once por primera vez luego de haberse contagiado de Covid. Los chicos Federico Bisanz y Cuenca, mientras tanto, quedaron esta vez entre los suplentes. El equipo, que necesitaba una alegría después de once partidos sin ganar y cuatro caídas consecutivas sin marcar goles, ganó así algo más de experiencia ante un rival que no parecía dispuesto a perdonar errores.
Tomó sus precauciones entonces Atlanta, aunque no pudo impedir que por momentos fuera un problema la movilidad de Ruiz Gómez –que ya al minuto estuvo cerca del gol con un remate entrando al área por la derecha que se perdió demasiado alto-. Pero también se encargó de mostrarle a Belgrano que no le sería gratuito liberar todas sus fuerzas en busca del ataque. Solari se mostró decidido a encarar, Ramírez manejó con soltura la pelota como sabe hacerlo y Pedrozo interpretó bien el libreto que mejor le sienta: la lucha a muerte en cada pelota dividida para generar incomodidad en los defensores rivales.
Así llegó a los 15 una buena oportunidad en la que Solari remató al borde del área chica pero lo trabaron y la pelota salió por arriba. Y cinco minutos después, por una vía que Atlanta no había podido explotar en los últimos encuentros, apareció el gran desahogo.
Esta vez estaba Pedrozo para ejecutar la pelota parada y su buen pie hizo la diferencia. Llegó su corner combado al área desde la izquierda, Alan Pérez ganó bien para cabecear con peligro, Nahuel Losada no pudo retener y Colombini la empujó a la red para lograr ese grito que tanto se negaba –y sobre todo en Villa Crespo, donde Atlanta no convertía desde el gol de Flores en el 1-0 a Estudiantes de Río Cuarto por la octava fecha, hacía 113 días-.
Iban apenas 20 minutos y el equipo de Erviti se encontraba en una situación inversa a la que le había ocurrido últimamente: en ventaja, con la posibilidad de jugar con la desesperación de un rival que había venido a Villa Crespo a buscar los tres puntos.
Apareció entonces un Atlanta parecido al de las primeras fechas. Ese que, a partir de su efectividad, podía jugar con la desesperación del rival a intentar algún contraataque a partir de la velocidad de Solari o de la inteligencia de Colombini para encontrar los espacios.
Claro que Belgrano fue con toda la artillería en busca de la victoria. Soltó una y otra vez a sus laterales, sobre todo a Barinaga por la derecha, para lastimar a una defensa que estuvo firme. Que encontró primero solidez a partir del gran trabajo de Bolívar en la mitad de la cancha pero sobre todo en la omnipresencia de Alan Pérez, Martín López y Martín García para sacar de cabeza todos los centros que llovían desde los dos costados.
Cuando no pudo la defensa, apareció el toque de suerte necesaria (que había faltado últimamente) para que ese remate medido de Ruiz Gómez a los 7 minutos diera en el palo en lugar de meterse en el ángulo. Y también surgió Sumavil con una atajada consagratoria a los 18 para tapar un cabezazo a quemarropa de Vegetti desde el borde del área chica.
Aguantó a pie firme Atlanta, en un segundo tiempo en el que si se le puede imputar un defecto es el de no haber podido tener un poco más la pelota para defenderse en campo rival. Pero para eso está el atenuante del poderío de Belgrano y además el de la necesidad obvia que tenía este equipo de conseguir una alegría después de tanto tiempo.
Volvió a sonreír entonces Atlanta. Que en este martes soleado de Villa Crespo, que tuvo sabor a primavera aunque recién estemos en agosto, no construyó su mejor actuación. Pero también está claro que antes había hecho méritos para lograr resultados mejores y no los había podido disfrutar. A veces el fútbol recompensa un poco más tarde el buen trabajo y solo hay que tener paciencia.

SÍNTESIS

Atlanta (1): Sumavil; Carrasco, Alan Pérez, Martín López, Martín García; Ramírez (ST 38m. Dramisino), Bolívar, Saggiomo (ST 32m. Perales); Pedrozo (ST 16m. Cuenca); Solari (ST 38m. Juan Bisanz), Colombini (ST 32m. Cristian García). DT: Walter Erviti. No ingresaron: Tello, Ramiro Fernández, Federico Bisanz y Luque.

Belgrano (0): Losada; Barinaga (ST 44m. Colazo) Olivera, Novaretti, Dante Álvarez (ST 30m. Ulises Sánchez); Asprea (ST 19m. Zapelli), Longo, Miño (ST 19m. Claudio Rojas), Ruiz Gómez (ST 30m. Bordagaray); Vegetti y Balboa. DT: Guillermo Farré. No ingresaron: Strumia, Tecilla, Romero y Tomasetti.

Gol: PT 20m. Colombini (A).

Amonestados: Solari (A), Olivera y Barinaga (B).

Árbitro: Yamil Possi.

Cancha: Atlanta

Por Federico Kotlar

Galeria de Fotos (Fede Imas / Prensa Oficial)

Videos