El Club Atlético Atlanta fue fundado el 12 de octubre de 1904, fecha escogida con motivo del Día de la Raza (de esa forma se denominaba al Día de respeto a la diversidad cultural) .La historia comenzó a escribirse con una reunión celebrada entre varios jóvenes en la casa del comerciante Tomás Elías Sanz ubicada en la calle Alsina 1119, en Capital Federal, aunque prosiguió y tuvo final en la plaza Concepción, en Independencia y Buen Orden (hoy Bernardo de lrigoyen), donde quedó concretada la constitución. En dicho encuentro se acordó bautizar a la institución como Atlanta Atlhetic Club. En torno a la elección del nombre existen varias teorías. Por un lado, se afirma que esta habría surgido en conmemoración al terremoto ocurrido en la homónima ciudad de Estados Unidos unos meses antes de la fecha de fundación del club, mientras que otra versión apunta a que el nombre provendría de un barco de guerra también estadounidense que habría arribado al puerto de Buenos Aires con motivo de la proclamación de Manuel Quintana como presidente de la República Argentina.
Por su parte, la interpretación oficial sobre los colores del club, amarillo y azul a rayas verticales, indica que fueron escogidos en referencia a los matices de los toldos que cubrían los negocios comerciales de los barrios en la época.
La primera Comisión Directiva quedó conformada con los siguientes nombres: Tomás Elías Sanz, Emilio Bolinches, Juan Enrich, Fabián Orradre, Juan Escribano, Luís Sagardoy, Benigno Larrive, Trifón Poggio, Rapallo, Héctor Franco y Alfredo Giraud.
El primer campo de juego del club se ubicó en Juan Bautista Alberdi y Escalada, en el barrio de Villa Luro. Sin embargo, Atlanta permaneció muy poco tiempo en aquel sitio, ya que, a causa de las dificultades económicas, cambió de terreno en diversas oportunidades, lo que le valió ganarse el apodo de “Bohemios”, por el cual se identifica tanto a los hinchas como a los futbolistas del club hasta la actualidad.
El amateurismo
A comienzos de 1906, ante el crecimiento en el plano deportivo, Atlanta decidió afiliarse a la Tercera División de la Argentine Football Association, en la que inscribió un equipo A y uno B, además de un plantel C que fue incorporado a la cuarta división. El primer equipo de bohemio debutó oficialmente derrotando a Racing Club B el 22 de abril de 1906. En su primera campaña el club alcanzó las semifinales del torneo de tercera división, en las que cayó derrotado frente al Club Gath y Chaves B por 2 a 0. Ese mismo año, la institución concretó la fusión con el Club Atlético del Oeste. Si bien, en un principio, se iba a cambiar la denominación de la institución por la de Club Atlético Chacabuco, finalmente se optó por mantener el nombre de Atlanta.
El 11 de octubre de 1907 el club se consagró campeón de tercera división, luego de batir en la final a Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires por 4 a 2. Ese año se tomaron adicionalmente dos importantes decisiones en el plano institucional: se optó por mantener el amarillo y el azul como los colores oficiales del club, (habían estado en duda a fines de 1906) y se dictó una norma que impidió a los socios de Atlanta estar ligados además a otra institución.
El bohemio continuó participando en la segunda división, (obtuvo la Copa Bullrich en 1908) hasta julio de 1912, cuando, rescindió de la Argentine Football Association para pasar a formar parte de la Federación Argentina de Football y fue ascendido por reestructuración a la primera división de esta última, siendo su primer partido en la máxima categoría el 14 de julio de 1912 frente a Estudiantes de La Plata.
En 1915, luego de la reunificación del fútbol argentino, Atlanta se integró a la Asociación Argentina de Football y permaneció hasta 1919, cuando unos nuevos conflictos entre los clubes componentes provocaron la rescisión de catorce clubes, entre ellos el bohemio. Estos conformaron la Asociación Amateurs de Football, entidad que organizó su propio campeonato ese mismo año.
Tras tres ciclos en ese torneo, se destaca en 1922 la inauguración del primer estadio del club, ubicado en la calle Humboldt 470, en el barrio de Villa Crespo, enfrentando a River Plate con resultado de 1 a 1.
En las siguientes temporadas no se obtuvieron los resultados esperados, llegando a finalizar en la última posición del campeonato de 1926. Un año más tarde se produjo la reunificación entre las federaciones que conformaban el fútbol amateur argentino pero los resultados no mejoraron y Atlanta se posicionó habitualmente en la parte baja de la tabla. En 1930, su última temporada en el amateurismo, el club se ubicó en el vigésimo tercer puesto sobre treinta y seis equipos.
Profesionalismo
En su estreno en el profesionalismo Atlanta enfrentó a River Plate, siendo derrotado por 1 a 0 el 31 de mayo de 1931. Si bien su primer triunfo llegó en la fecha siguiente, ante Chacarita por 3 a 1, sólo se ganaron cuatro partidos a lo largo del certamen, finalizando en la última ubicación de la tabla de posiciones.
En 1932 Atlanta volvió a ocupar el último puesto del campeonato en compañía de Talleres de Remedios de Escalada y Tigre. Para esta temporada se contrataron trece futbolistas paraguayos al primer equipo pero los resultados adversos fueron constantes a tal punto que se llegaron a utilizar 60 jugadores a lo largo de los 34 encuentro del torneo, marca que permanece hasta el presente como el mayor número de jugadores utilizados en una temporada por un mismo equipo en la historia del fútbol argentino. Luego de conseguir la personalidad jurídica, en 1934 la Asociación del Fútbol Argentino efectuó una serie de reformas al torneo de primera división, entre las que se encontraron el descenso de algunos clubes y la imposición a otros de fusionarse. Acatando esta última medida Atlanta, que estaba intervenido a causa de problemas administrativos, debió fusionarse con Argentinos Juniors. No obstante, la unión solo duró ese año, puesto que debido a los problemas de organización entre ambos cuadros, sumado a los malos resultados en el plano deportivo, Atlanta decidió abandonar el campeonato luego de disputar la fecha 25.
Para 1935 Atlanta se reincorporó a los torneos de AFA, esta vez de manera autónoma, y empezó a obtener mejores resultados a nivel futbolístico, siendo en 1936 la mejor ubicación de la década (terminó sexto y séptimo en los dos torneos que disputó). Durante este período, la institución amplió su actividad deportiva al integrar el boxeo.En la década del ’40 y en el plano institucional, el club siguió aumentando su patrimonio. Se logró la inauguración de la sede social el 25 de mayo de 1942. Dos años después, la Compañía de Tierras de Villa Crespo, liderada por el presidente del club Alberto Chissotti, compró el terreno adyacente a la sede social, propiedad hasta ese momento de Chacarita Juniors. Fue el mandamás que abrió el camino para que su joven vice, León Kolbowski, continúe con el proyecto de la construcción del estadio.
En los siguientes ciclos, se consiguió mejorar el rendimiento deportivo llegando a ocupar el séptimo puesto en 1944, además de sumar nuevas disciplinas a sus actividades deportivas, entre ellas el handball.
En 1947, y pese a un ambicioso proyecto deportivo impulsado por la directiva de la institución, que incluyó las incorporaciones de Adolfo Pedernera y Juan Burgueño, Atlanta consumó su primer descenso tras finalizar en la décimo octava posición del torneo. No obstante, el bohemio regresó rápidamente a la máxima categoría ya que a causa de una suspensión en los torneos de ascenso por una huelga de futbolistas, la AFA decidió devolverles las plazas de primera división a los equipos que había descendido los dos años anteriores.
Pese al deterioro en el rendimiento deportivo, los ’50 se iniciaron con la formalización de la Sociedad Atlanta S.A., cuyo objetivo era llevar a cabo las tratativas con miras a la compra del terreno contiguo al club, hasta ese instante de propiedad de ferrocarril San Martín, y adquirido finalmente en 1952. Además fue acompañado por la creación de la disciplina del basquetbol . Sin embargo, en 1952 Atlanta perdió nuevamente la categoría tras finalizar en la última ubicación con solo dos triunfos en treinta encuentros y trece puntos por debajo de Newell’s Old Boys.
En su segundo periplo por la división de ascenso, Atlanta permaneció hasta 1956, temporada en la que con Victorio Spinetto como entrenador se consagró campeón de la Primera B , luego de finalizar con siete puntos de ventaja sobre Central Córdoba y llegando a acumular quince fechas sin perder. Ese año además la institución finalizó la construcción del natatorio e incorporó el atletismo a sus prácticas deportivas.
Tras ubicarse décimo segundo en su regreso a la primera división, al año siguiente Atlanta realizó hasta ese entonces su mejor campaña desde su ingresó al profesionalismo: terminó cuarto en un campeonato en el que llegó a posicionarse puntero tras derrotar a River Plate en condición de visitante en la fecha ocho. Fueron años destacados gracias a la continuidad de la base del equipo formado por Spinetto, la preparación física a cargo de Adolfo Mogilevsky y la aparición de jugadores destacados como Carlos Timoteo Griguol.
El título y el estadio
En 1960 ocurrieron dos hechos importantes en la historia del club. Por un lado la obtención de la Copa Suecia (que se había iniciado en 1958), el 29 de abril de ese año tras vencer en la final a Racing Club por 3 a 1 que posibilitó que Atlanta se convirtiera en el primer equipo fuera de los denominados cinco grandes del fútbol argentino en obtener un torneo profesional entre clubes de primera división organizado por la AFA. El otro destacado fue que el 5 de junio el club disputó el primer encuentro en su nuevo estadio frente a Argentinos Juniors por la octava fecha del campeonato oficial de primera.
Luego, el 18 de mayo de 2000 el estadio recibió el nombre de León Kolbowski en honor al presidente bajo cuya administración fue posible su construcción.
Es importante destacar que durante estos años y junto con el incremento del número de socios del club, se inauguraron una serie de instalaciones deportivas en la sede social, entre las que destacan la piscina cubierta de natación en 1963 y las canchas de tenis en 1964.
Plantel de notables
En 1961, Atlanta formó uno de los planteles más valiosos que haya tenido la institución, especialmente ayudado por el olfato goleador de su centrodelantero Luís Artime. Fue su última temporada en el club y mas adelante ratificó esa capacidad en la Selección Nacional. Además, el equipo tuvo grandes figuras como Alberto González, Néstor Errea, Hugo Gatti, Mario Griguol y otros que prestigiaron los colores. El entrenador fue Osvaldo Zubeldía y la característica principal fue la estabilidad de los titulares. Salvo Rodolfo “el Pocho” Betinotti y Néstor Errea (por lesiones y suspensiones), los otros iniciales jugaron al menos 27 de los 30 partidos del torneo. Tras una excelente primera rueda, el rendimiento bajó considerablemente en la segunda etapa pero finalmente Atlanta terminó cuarto, un punto debajo de River y a tres de San Lorenzo, los escoltas del campeón, Racing. Por otra parte, ese año se terminó la construcción de los palcos de periodistas, hecho que derivó en numerosas alabanzas de la prensa local. La gran campaña posibilitó que se vendieran algunas de sus grandes figuras. Luís Artime y Mario Griguol pasaron a River, por los que Atlanta recibió 16 millones de pesos y tres jugadores que serían importantes en su futuro: José Luna, Juan Carlos Puntorero y Jorge “la Chancha” Fernández. Fueron años en los que Atlanta comenzó a negociar muchos de sus valores ya afianzados a cambio de dinero y otros juveniles de equipos grandes y a pesar de ello no bajo el nivel en las posiciones. El equipo fue séptimo y en los dos años siguientes, con el afianzamiento del tridente, más la juventud de los nuevos, terminó quinto y jugando en muy buen nivel. Esta temporada marcó el cierre de un ciclo brillante que se había iniciado en 1958, en el que Atlanta efectuó las mejores campañas de su historia. A partir de allí, se sucedió una serie de campañas mediocres y, sólo en forma ocasional, se pudo volver a emerger en torneos de primera categoría. Luego de dos grises torneos, en 1967, el interventor en AFA, Valentín Suárez, instaló la reestructuración del fútbol, abriéndoles el paso a los equipos del interior. A los 22 equipos de primera (se incorporaron los debutantes Unión de Santa fe y el Deportivo Español) se los dividió en dos zonas de 11, conformando así el llamado Torneo Metropolitano. Esta estructura comenzó en una época muy poco provechosa para Atlanta, que no efectuó cambios para iniciar el torneo, aunque durante el desarrollo del mismo, comenzaron a aparecer algunos juveniles. El torneo lo tuvo a Atlanta salvándose del descenso sobre el final, gracias a la capacidad goleadora de Roberto Salomone y lo más fructuoso del año fue la inauguración de la iluminación eléctrica del estadio el 15 de noviembre, con un partido amistoso frente a Independiente que terminó 1 a 1. Durante los años 1968 y 1969, los equipos siempre debieron jugar los reclasificatorios para mantener la categoría y, aunque lo hicieron sin problemas, el rendimiento futbolístico no era el esperado.
Para 1970 se produce el regreso del entrenador que le había dado el ascenso al equipo, Victorio Spinetto. Luego de la venta del arquero Daniel Alberto Carnevalli a Chacarita, el eterno rival dio como parte de pago a Juan Antonio Gómez Voglino, quien se convirtió luego en el máximo goleador de la historia de Atlanta con 68 tantos. También ese año fue la llegada del delantero Rubén Andrés Cano, desde el Pedal de Mendoza y que luego tendría un destino de éxito, en España, país para el cual se nacionalizó para jugar el mundial de Argentina de 1978.
Este año fue el primero en el que Atlanta disputó el Torneo Nacional, y pese a que muchos jugadores estaban en buen nivel, otros no lograron satisfacer y el equipo terminó séptimo de diez.
En cuanto a otros deportes, se estableció el boxeo como una disciplina importante para el club. Se logró reflotar esta actividad haciendo surgir valores como Ramón Salvador Franco (campeón argentino 1974) y Franco Faiulli (campeón de Buenos Aires en 1975). También el yudo se erigió como un disciplina destacada y el plantel de bochas fue muy reconocido por sus pares. Por su parte, el equipo de pesas logró numerosos trofeos a través de su participación en cinco diferentes categorías. Atlanta prosiguió una época con importantes logros a nivel club. Mientras seguían surgiendo grandes futbolistas de las inferiores, como Héctor “Palito” Candau y Jorge Ribolzi, y los resultados eran más que aceptables, los logros en otras disciplinas (como en el basquetbol , donde Benjamín Arce maravilló a todos en los primeros años de la década del 70) y la ampliación del estadio daban muestra de una institución en pleno crecimiento.
La campaña más recordada
El año 1973 representa para el hincha bohemio, la mejor campaña de un equipo de Atlanta en la primera división. Resulta un recuerdo imborrable para aquellos que la vieron, mientras que para los que no estuvieron presentes, esos momentos aparecen como las páginas más ricas de la historia. El equipo arrancó el torneo con la conducción de Rodolfo “el Pocho” Betinotti pero los resultados no lo acompañaron y tuvo que dejar el equipo en la fecha 11. A partir de allí, asumió Néstor “Pipo” Rossi, quien adoptó un planteo más aguerrido y algunos cambios posicionales. El Metropolitano llegó a su fin con el Bohemio en la mitad de la tabla. Pero para el Nacional, y ya consolidado, el equipo liderado por Héctor Candau, Juan Antonio Gómez Voglino, Rubén Cano, Osvaldo Cortés y Jorge Ribolzi tuvo una excelente actuación terminando primero en su zona, con la delantera más goleadora del torneo y ubicando por primera vez en su historia al máximo goleador: Gómez Voglino. En el cuadrangular final, los resultados no estuvieron del lado de Atlanta, aunque en el balance final, se terminó en un dignísimo tercer puesto, siendo campeón Rosario Central.
El plantel del 73 estaba formado por Hugo Carballo, Miguel Ortiz, Osvaldo Cortes, Ramón Ledesma, Santiago Rico, Miguel Ángel Pecoraro, Osvaldo Gutiérrez, Héctor López, Ricardo Rodas, Jorge Ribolzi, Alejandro Juan Onnis, Juan Antonio Gómez Voglino, Miguel Ángel Ferreira, Horacio Ibáñez, Aldo Rodríguez, Rubén Cano, Oscar Curbetti y Héctor Candau.
Luego de los grandes torneos, llegó una época de sequía. Las figuras fueron tomando nuevos rumbos y las campañas volvieron a ser apenas discretas durante cinco años. Por estos tiempos, el deporte más destacado fue el karate con la aparición de Sergio Ulloa quien era campeón argentino y rioplatense, y que formó parte de la delegación que representó a Argentina en el III Campeonato Mundial de karate disputado en Estados Unidos.
El año 1979 sería el comienzo del final. Rodolfo “el Pocho” Betinotti, Victorio Spinetto y Luís Artime pasaron por el banco bohemio pero con suerte similar. El equipo ganó un solo partido en el año (ante Gimnasia de La Plata) y fue condenado a regresar a la B luego de 24 años y una generación entera de hinchas que sólo lo había visto en la primera división.
Con la gran esperanza de pelear por el título, Luís Artime fue ratificado en el cargo de técnico y volvió Héctor Candau. El bohemio realizó una buena campaña en 1980 pero se cayó sobre la etapa final y no pudo lograr el ascenso. Hubo muchos reproches para jugadores y entrenador, que se apaciguaron un poco cuando se consumó el descenso de Chacarita a la Primera C. Al año siguiente, Eduardo Luján Manera se hizo cargo del equipo pero la actuación no fue la esperada. Una derrota contra Defensores de Belgrano como local terminó con la mejor racha de invicto en Villa Crespo. Volvió a asumir Luís Artime y la campaña culminó en la mitad de tabla.
El año 1982 fue muy apasionante por la jerarquía del torneo, ya que se sumaron San Lorenzo y Colón (descendidos de la A ) y Chacarita y Lanús (ascendidos de la C ). Se incorporó el sistema que se conoce actualmente. El segundo ascenso se definiría a través de un octogonal. Pese a no ser bueno el comienzo, en el equipo que siguió a cargo de Luís Artime se consolidaron algunos jugadores como Alfredo Graciani y tuvo algunos regresos como el de Alfredo Torres, un hábil volante surgido de la cantera que se había ido a Vélez Sarsfield. Ya en el octogonal, el bohemio acomodó su camino hacia una recordada final con Temperley en cancha de Huracán. El primer encuentro fue para el equipo del sur por 2 a 1. Pero el segundo es un partido recordado por cada hincha bohemio: Atlanta ganó ese encuentro por 1 a 0 a pesar de haber jugado con dos jugadores menos. Se llegó así a los penales. La primera serie de cinco fue convertida por todos y luego siguieron anotando sin fallar. Iban 12 a 12 y le tocaba a Alberto Pasechian en el bohemio, pero éste le dejó su lugar a Enrique Hrabina. Héctor Cassé lo detuvo, Ricardo Dabrowsky convirtió el suyo y con el 13 a 12 se decretó el sufrido ascenso de Temperley.
El regreso a primera
Luego de la enorme frustración que significó la derrota con Temperley, el año siguiente fue la gloria para el bohemio. Con la dupla Oscar López-Oscar Cavallero (de no muy buenos antecedentes hasta aquel momento), Atlanta empezaba renovado en 1983.El bohemio lideraba el torneo, pero hacia la mitad del mismo, ya no eran tantos buenos los resultados, por lo que la dupla renunció, tomando la dirección técnica Juan Carlos “Toto” Lorenzo para los últimos 12 partidos. El equipo reforzó su defensa, pero empeoró en ofensiva. Así, los primeros tres partidos terminaron empatados. Pese a ello, la pobre actuación de sus rivales dejó, a nueve fechas del final, a Atlanta, junto a Brown y Sportivo Italiano a un punto del líder Tigre. El equipo luego venció a El Porvenir y Banfield, pasando allí a la punta. Cuando sólo faltaban dos fechas frente a Central Córdoba de Rosario llegó el festejo: en campo de Newell’s, Torres abrió el marcador con un penal conseguido a los 20 minutos del primer tiempo. Finalmente fue empate, pero los hinchas bohemios ya estaban tranquilos: Chacarita (que luego ascendió en el octogonal) le dio una mano al ganarle 6 a 2 a Tigre. El 19 de noviembre de ese año fue tiempo de la vuelta olímpica. El plantel profesional que finalizó primero tenía los siguientes nombres: Raúl Domínguez, Avelino Verón, Rubén Gómez, Adrián Bianchi, Rodolfo Raffaelli, David Millicay, Jorge Villagra, Gustavo Jones, Luís Díaz, Alfredo Torres, Rubén Rojas, Horacio Alfredo Yonadi, Jorge Piaggio, Jorge Latreite, Ángel Guerrero, Rubén Bernardis, Horacio Bianchini, Daniel Cano, Ricardo Espala, Héctor Milano y Alfredo Graciani. Es muy importante recordar que durante este lapso, bajo la presidencia de Hugo Masci, Atlanta adquiere como patrimonio y sin costo alguno el predio de Villa Madero, lugar donde hoy se asientan las inferiores del club. La vuelta a la primera división no fue la esperada. Luego de une pésima campaña, Atlanta terminaba su fugaz paso en la A y era tiempo de volver a luchar en el ascenso.
En 1985, el regreso estuvo cerca. El bohemio tuvo un buen torneo pero se frustró en la final ante Racing. Y para los años siguientes comenzaron a haber cambios. Los torneos pasarían a jugarse con el calendario europeo, de julio a abril, y se creaba una nueva división: el Nacional B, que daba una oportunidad a que los mejores equipos del interior jueguen con los mejores del ascenso local. La vieja Primera B quedaría desvalorizada por el ascenso de varios de la C. En un torneo corto, ese Apertura 86, se decidiría cuales equipos de la B pasarían a uno u otro torneo. Eran 20 equipos, en dos zonas.
La campaña como local fue muy buena pero al no conseguir resultados como visitante el equipo fue condenado al descenso, lo que AFA consideró como una permanencia. Para el torneo de Primera B 1986/87, Rubén Glaría fue el nuevo director técnico, que asumió la responsabilidad de sacar a este Atlanta a flote. La tarea fue olvidable, y el número de jugadores empleados (46) lo demuestra a las claras. En los años que siguieron hasta el 90, el bohemio se mantuvo dentro de los octogonales pero siempre sin suerte.
Tampoco hubo grandes logros en otros deportes. Si no se volvieron a mencionar fue porque no se estaba pasando por un buen momento en esos tiempos.
El Nacional B
Las cosas cambiaron mucho en el nuevo decenio. Un supuesto error administrativo dejó libre a Marcelo Carracedo (que valía 600 mil dólares) y otros jugadores. Atlanta quedo descapitalizado y al borde del colapso. Sin embargo, sobre el inicio del torneo 1989/90, la empresa Excellens tomó la posta, y acercó a varios jugadores que se habían desempeñado en Defensa y Justicia, y otros más, los que sumados a los que aportó Atlanta, y la dirección técnica de Jorge Castelli culminaron en un final exitoso. Por aquellos tiempos la aparición de Fabián “el Pepe” Castro fue lo más destacado del primer equipo y luego de una buena campaña, el bohemio accedió a un octogonal que superó sin problemas y lo encontró en la final frente a Nueva Chicago. En Mataderos, Atlanta ganó por 2 a 0, con goles de Fabián Castro y Chumba. Llegó una protesta mal habida de Chicago, por una supuesta mala inclusión de Castro y Pena, que finalmente fue desestimada. Pero eso alteró los ánimos y corrió los tiempos. Finalmente, el 6 de junio del 90 se jugó la revancha, en Villa Crespo. Fue derrota 1 a 0. Sufriendo, y por diferencia de gol, Atlanta llegó al Nacional B.
Volvía a estar en la segunda categoría del fútbol argentino y con aspiraciones al regreso a la primera división. Pero la empresa Excellens quitó el apoyo económico y se llevó todos los jugadores que habían llegado de su mano. Pasaron tres técnicos durante la temporada 1990/91, pero la suerte no cambió. Y en la fecha 16 ocurrió un hecho bochornoso para la historia del club.
Atlanta recibía a Cipolletti, y enseguida perdía 1 a 0. Llovían los insultos para jugadores y dirigentes, pero el árbitro Humberto Dellacasa cambió la historia: primero expulsó a Víctor Arce. Y en el segundo tiempo a Fernando García, a Renato Corsi, y a Fernando Zappia, todos del local. Encima, en el medio, no sancionó un claro penal a Fabián Castro.
La gente comenzó a reaccionar. Cuando el visitante hizo el segundo tanto, el vicepresidente de Atlanta, Bernardo Kravestcky, ingresó al campo de juego e intentó golpear al árbitro. Se armó una batahola, en la que hasta por los altoparlantes se pedía por la cabeza del juez.
El Tribunal de Penas terminaría dándole por perdido el partido al bohemio, descontándole ocho puntos (que implicaba un casi seguro descenso), suspendiendo por dos años al jugador Fernando García. Se inhabilitó al presidente Juan Chiarelli por doce meses y al vice Kravestcky por cuatro años. No hubo sanción para el estadio, pero se dispuso que durante cuatro fechas se le descontara el 30 por ciento de lo que le correspondía por recaudaciones.
Para la segunda rueda, Ángel Mamberto se hizo cargo de un barco que estaba condenado a volver a la B , pero logró que varios jugadores de inferiores comiencen a afirmarse para el futuro (la base del equipo que volvió al Nacional en el 95) tal es el caso de José Luís Campi, Ariel Macia, Alejandro Insaurralde, Luís Bonnet, Víctor Paredes, y otros.
La etapa mas dura
Inmerso en una terrible crisis económica, Atlanta volvió a la Primera B Metropolitana, la tercera categoría de AFA. Y llegó a tocar fondo. Decidió encarar el torneo con los chicos que terminaron el Nacional B pasado. Eduardo Lendoiro sería el técnico, y se produjo la desvinculación casi todos los jugadores del año anterior. Tras la declaración de quiebra de la institución el 25 de diciembre de 1991, por parte del juez Miguel Bargalló, Atlanta debió clausurar sus instalaciones, así como suspender sus actividades. A fin de afrontar la crisis, se formó una comisión de apoyo encabezada por Ezequiel Kristal y en donde todos sus integrantes pusieron en juego sus patrimonios personales. Si bien logró que el club pudiese continuar con su actividad futbolística, no pudo evitar la venta de la sede social en septiembre de 1994.
Hasta la octava fecha, el equipo había realizado una interesante campaña, pero luego de decretada la quiebra, el club no pudo participar del torneo. Se llegó a pensar que no se volvería a ver la gloriosa divisa, pero luego de algunos manejos jurídicos, llegó la habilitación provisoria. El 27 de noviembre, Atlanta reapareció para jugar el primer partido de la segunda rueda pero debía nueve partidos y fue forzado a jugarlos entre semana, en muchos casos martes y jueves seguidos. En algunas oportunidades armó el equipo directamente con suplentes y en otros partidos, directamente con juveniles. Fernando Zappia ya cumplía la doble función de jugar, y ser el director técnico. Surgió una nueva camada de chicos, con Ariel Pérez y Ariel Alcami a la cabeza. Atlanta miraba la tabla desde abajo, con la tranquilidad que daba el puntaje del torneo de dos años atrás, que lo dejaba a salvo y lejos de la zona del descenso. Se terminó penúltimo pero valorando mucho el trabajo y esfuerzo de todos los juveniles.
Al quedar eliminado el puntaje para los promedios del Torneo 1989/90, Atlanta comenzaba la temporada 1992/93 seriamente afectado con la tabla del descenso. Como técnico asumió Jorge Ghiso, un hombre que hasta entonces tenía pocos antecedentes.
Dados los problemas económicos, se mantuvo la base del año anterior, pero con refuerzos como Fabián “el Pepe” Castro (volvía de un corto paso por San Lorenzo) y Hugo “Pachorra” Smaldone (de San Telmo). Se esperaba que la campaña sea para salvarse del descenso pero estos jóvenes se hicieron cada vez más fuertes y con la aparición de Cristian Castillo, con solo 17 años, el bohemio se metió entre los líderes antes de finalizar la primera rueda. En el reinicio, el equipo no pudo sostener lo bueno que había hecho y quedó afuera del ingreso al octogonal, pero la campaña había sido más que digna para lo que se esperaba en un principio, y Ghiso tuvo mucho que ver en estos resultados.
Por primera vez en mucho tiempo, Atlanta retenía a su técnico para el siguiente torneo. Y la misma base del año anterior. Se cambiaba el sistema de juego: pasaron a ser dos torneos, cada uno de una rueda, para enfrentar a los dos campeones por el primer ascenso. Pese a lo bueno hecho en el Apertura, Ghiso renunció en el Clausura y en su lugar apareció Jorge “Puchero” Domínguez. El equipo siguió con buena racha y llegó al octogonal, lugar del que fue eliminado en la semifinal por Deportivo Armenio.
El segundo ascenso al Nacional B
Atlanta se tomaría revancha de la última campaña en la que tan cerca había quedado. El ex jugador del club Jorge Ribolzi se hizo cargo del equipo con el objetivo de ascender. En el Apertura, el bohemio tuvo la chance de ser campeón pero se le escapó en la última fecha y Dock Sud sonrió primero. Antes del comienzo del Clausura, Ribolzi renunció y abrió la puerta para la vuelta de Jorge Ghiso. El mismo equipo que tan bien venía, pero con Castillo como titular, arrasó en esta segunda parte y se metió en las finales contra Dock Sud. Atlanta ganó cómodo el primer partido 2 a 0 y en el segundo, ante 15 mil bohemios, volvió a imponerse pero por 2 a 1. Así, en junio de 1995 regresó a la segunda categoría. Además tuvo la posibilidad de jugar el octogonal por un ascenso a primera, pero rápidamente fue eliminado por Atlético de Rafaela. El equipo que ganó el torneo salía con José Luís Campi; Ariel Alcami, Ariel Macia, Luís Marabotto, Ariel Pérez; Jorge Merlo, Héctor Virardi, Alejandro Insaurralde; Fabián Castro; Cristian Castillo (o Víctor Paredes) y Luís Bonnet. En su regreso al Nacional B, con el mismo técnico y la misma base, los resultados del comienzo fueron buenos y la campaña fue decayendo. Por primera vez comenzó a aplicarse la cesión de tres puntos al ganador en todas las divisiones por lo que se hacía muy difícil mantener la categoría.
En la mitad se fue Jorge Ghiso y pasaron Roberto Rogel, Alberto Tardivo y Salvador Daniele. Pese a que se temía el descenso, faltando cuatro fechas un triunfo en Corrientes ante Huracán hizo que el bohemio se salve de todo. La temporada 1996/97 arrancó con el equipo de Daniele arrasando a sus rivales (todos de la zona metropolitana por modificación de la estructura del torneo). Pero increíblemente la segunda parte del torneo fue totalmente diferente. Pasó Jorge Ginarte y también se dio la vuelta de Ghiso. Es cierto que se logró mantener la categoría pero no se llegó al octogonal por el ascenso. Para el siguiente período parecía que la campaña no iba a traer inconvenientes, pero la realidad económica hizo que se tengan que dejar libres varios de los jugadores durante el receso de verano y se sufrió hasta el final para salvarse del descenso.
Trágico descenso
Atlanta comenzó la temporada 1998/99 en situación critica, con inhibición para compras, problemas económicos y una situación comprometida por el descenso, a pelear con Almagro y Estudiantes de Buenos Aires, mientras que quedaban en situación expectante Morón, El Porvenir y Tigre. Eduardo Anzarda asumió como director técnico.
La campaña no fue del todo mala y hasta tuvo sus chances para salvarse del descenso, pero algunas derrotas y empates consecutivos llevaron la definición hasta la última fecha. Si Almagro perdía o empataba con Central Córdoba descendía. Sólo si Almagro ganaba, Atlanta debía empatar en Quilmes para forzar un desempate con Almagro y Morón (que quedaba libre), o ganar para salvarse. Más de 4 mil personas llegaron a Quilmes con la esperanza de festejar, pero fue un 0 a 5 categórico, y la victoria de Almagro en Rosario terminó con el último aliento bohemio.
Se volvió a una Primera B devaluada, donde compartiría con 17 equipos de bajo cartel para pelear por un solo ascenso, ya que se venía la decisión de reducir los equipos en el Nacional B. Con pocas posibilidades económicas y varios juveniles que iniciaban su carrera en el primer equipo (como el caso del volante ofensivo Lucas Sebastián Ferreiro) se alcanzó el octogonal, pero una derrota 6 a 0 como local ante Sarmiento de Junín hizo que se desramara por completo un plantel que tenía algunos valores interesantes.
La temporada 2000/01 se encaró con juveniles. Abel Moralejo, Luís Marabotto y Horacio Bidevich pasaron por la dirección técnica y el descenso a la C parecía algo posible. Hasta que se hizo cargo del equipo Oscar Martínez, ex jugador y reconocido simpatizante bohemio, de buena trayectoria como director técnico en el ascenso.
Con un triunfo ante Deportivo Armenio, rompió una racha de 14 partidos sin ganar como local, record negativo histórico. La seguidilla de triunfos y empates (16 partidos invicto) aventó el problema del descenso, ayudando a ello la floja campaña Berazategui y Colegiales quienes fueron los que finalmente descendieron.
Para la temporada 2001/02 la Comisión Directiva decidió armar un equipo que fue denominado por la prensa, antes de empezar el torneo, como el “Dream Team”, con la continuidad de Oscar Martínez como entrenador. Fue la campaña futbolística más pobre en toda la historia de Atlanta en el ascenso, y la segunda más pobre luego de la de 1926. Nunca se había estado tan cerca de descender a la cuarta categoría del fútbol nacional, algo que hasta este momento por suerte nunca sucedió. En este torneo, Atlanta disputó 42 partidos, ganó 8, empató 9 perdió 25, convirtió 37 goles y recibió 59, cosechando apenas 33 puntos.
A un paso del abismo
Atlanta empezó el 2002/03 con un promedio bajísimo y con la soga del descenso a la C apretando como nunca. La pelea por no descender era con San Miguel y Argentinos de Rosario quien al comenzar el torneo le llevaban al bohemio 24 puntos. El entrenador elegido fue Miguel Ángel Lemme, quien sólo duró seis partidos y dejó un hueco que nadie quería tapar.
El 28 de septiembre de 2002, debutaba Salvador Antonio Aurelio Pasini, en el empate en uno de Atlanta y Ferro. La campaña del “Tano” fue espectacular: dirigió 32 partidos, ganó 14, empató 14, perdió 4 con 48 goles a favor y 33 en contra obteniendo 56 puntos (el 58 por ciento de los puntos en disputa).
Pero hubo que sufrir hasta el final. El 14 de junio de 2003 y en la última fecha de ese torneo el bohemio tuvo que enfrentar de visitante a Tigre mientras que San Miguel lo hacía con Ferro. Una derrota bohemia o un triunfo de San Miguel lo condenaban directamente a la C. El cabezazo de Lucas Ferreiro abrió una esperanza que se concretó cuando en Caballito el partido terminó empatado.
El equipo marchó a jugar la promoción con Argentinos de Merlo. El primer partido lo ganó 2 a 1 y empató sin goles el segundo ante casi siete mil personas en Villa Crespo.
Atlanta terminó quinto en la tabla general de la temporada. De no haber sido por el magro promedio que arrastraba de las dos temporadas anteriores, el segundo puesto ocupado en su zona al término de la segunda fase le hubiera concedido una plaza para disputar un ascenso a la B Nacional. Esta si fue, todavía más que en la temporada anterior, la vez que Atlanta estuvo más cerca de descender a la cuarta categoría.
Hubo un partido muy particular durante este torneo que quedará en la memoria de los hinchas que lo vivieron. El 5 de abril de 2003 los hinchas de Cambaceres, se colgaron del alambrado a los 36 minutos del segundo tiempo e impidieron que se pateara un penal para Atlanta con el partido 0 a 0 en Ensenada. El árbitro Alejandro Toia decretó entonces la suspensión y empezaron las dudas sobre qué pasaría. Para el bohemio cada punto era vital en la lucha por no descender. El Tribunal de Disciplina decidió que el partido continuara a puertas cerradas en la cancha Argentino de Quilmes (la de Cambaceres fue suspendida). El penal fue ejecutado el 29 de abril (24 días después), Lucas Ferreiro lo convirtió y el arquero bohemio Darío Barrera aguantó embestidas los nueve minutos finales. El hecho fue de notorio interés para la prensa deportiva y relacionado directamente con el cuento “El penal más largo en el mundo” de Osvaldo Soriano.
Con el arrastre de tres partidos de la temporada pasada, el equipo llegó a la cifra de 23 partidos sin ser derrotado, nuevo récord en la historia de Atlanta. La racha invicta había empezado luego de la derrota como local ante Cambaceres por 2 a 0, en junio de 2003, por la penúltima fecha de la segunda fase de la temporada anterior, y se cortó el 21 de diciembre de ese año con la caída por 1 a 0 ante All Boys, en Ferro. La seguidilla de 23 encuentros sin traspiés (13 triunfos y 10 igualdades) superó a la anterior marca histórica, de 16 partidos (6 victorias y 10 empates), de la temporada 2000/01.Fue un torneo espectacular para Atlanta en el que destacaron Pablo Santillo, Alexis Ferrero, Cristian Pellerano y Javier Molina. Logró consagrarse en el Apertura 2003 con 42 puntos, seguido por Morón con 39.Luego de esa conquista, con una performance de gran vuelo, pareció que el bohemio repetiría en el Clausura, ya que arrancó con cinco triunfos consecutivos. Sin embargo, el partido siguiente (un empate ante Deportivo Armenio por 1 a 1) fue el último en el cual Atlanta consiguió plasmar en el terreno un buen nivel de juego. De ahí hasta el final entró en un evidente bajón, con rendimientos individuales que decayeron y con una defensa que nunca volvió a estar en el nivel evidenciado en el Apertura.
No obstante, el segundo título y, por ende, el ascenso directo parecieron estar muy cerca, pero el agónico gol del empate de Sportivo Italiano en Caseros fue un golpe duro para esas aspiraciones. Si bien Atlanta llegó a la última fecha del Clausura con posibilidades, aunque remotas, de terminar primero, finalmente concluyó en el sexto lugar, pero primero en la general de la temporada.
Sarmiento de Junín, que se había quedado por un gol de diferencia con el segundo certamen de la temporada, se sacó de encima en las finales a Atlanta, para lo cual contó, además de la superioridad en el juego, con la ayuda de una agresión de un plateista bohemio. Esa temporada será recordado por los hinchas de Atlanta por la famosa maderita que partió de la platea e impactó en la cabeza del jugador de Sarmiento Mauro Amato que significó, finalmente, que Atlanta perdiera la posibilidad de ascender al Nacional B.
Luego, el equipo no pudo en el repechaje para la promoción frente a Tristán Suárez, a pesar de que en el partido de ida había logrado que renacieran algunas esperanzas de los golpeados seguidores.
Pero no todo fue frustración, esa temporada fue también muy emotiva ya que Atlanta cumplió 100 años de vida y significó una fiesta fantástica en el estadio en un partido contra River Plate con una asistencia masiva de público.
Con el alejamiento de Salvador Pasini, la Comisión Directiva decidió contratar a Salvador Ragusa para hacerse cargo del plantel en la temporada 2004/05. El director técnico sólo dirigió diez fechas y fue sustituido por la dupla Luís Marabotto-Alejandro Cánova. Además, terminado el Apertura el plantel se vio diezmado por la desvinculación de Lucas Ferreiro, que se fue a Olimpia de Paraguay, y luego de las dos primeras fechas del Clausura fue vendido Cristian Pellerano. Precisamente esta operación permitió que en ese entonces Atlanta pudiera paliar el atraso salarial que sufría con sus jugadores.
El equipo terminó cuarto en la tabla acumulada entre Apertura y Clausura e ingresó al reducido por el ascenso, torneo del que fue rápidamente eliminado por Deportivo Morón.
Fue un período institucionalmente complicado en especial por las continúas clausuras al estadio. Algunos hechos de violencia e indisciplina por parte de la parcialidad motivaron el descuento de tres puntos en el Clausura y una clausura de cinco partidos en el Apertura del estadio León Kolbowski. Posteriormente, la prohibición para jugar en Humboldt continuó pero esta vez dispuesta por la justicia contravencional, situación que se mantuvo por varios años.
Durante los años siguientes, nada fue fácil para el bohemio. Hubo campañas realmente malas como la de la temporada 2006/07, una de las peores de la historia del equipo en la B. Pasaron entrenadores como Oscar Martínez (muy malos resultados en su regreso), Fabián Nardozza y Eduardo Pizzo pero ninguno pudo mantenerse en el cargo.
Para la 2007/08 se dio el regreso esperado. Salvador Pasini asumía a la dirección técnica del equipo para volver a llevarlo al Nacional B y encima se consiguió la vuelta de un ídolo: Cristian Castillo, el delantero quien había sido clave en el ascenso de la temporada 1994/95, y que luego jugó en Colón de Santa Fe, River Plate, Independiente y el exterior. Pese a que la campaña fue muy buena en el comienzo, tuvo altibajos promediando el torneo y el equipo terminó en la cuarta posición. En el reducido, fue rápidamente eliminado por Deportivo Armenio.
La esperanza y renacimiento
Por ese dicho que las únicas batallas que se pierden son las que se abandonan, un grupo de socios decidió no bajar los brazos y luchar por la recuperación institucional. Todo comenzó con movilizaciones y protestas que pedían la restitución del terreno de la sede social para Atlanta.
Hacia fines de 2003 la Legislatura porteña oyó los reclamos y aprobó por unanimidad el proyecto para declarar de utilidad pública el espacio. Meses más tarde salió la ley de expropiación y la ilusión así se puso en marcha.
Ya en diciembre de 2006, luego del pago correspondiente a los dueños del predio, la Procuración de la Ciudad de Buenos Aires solicitó por escrito la posesión del predio de la calle Humboldt. La justicia dio lugar y acto seguido se le dio a Atlanta el predio para su utilización.
Además, por esos mismos años, luego de reiteradas clausuras e inhabilitaciones, la Comisión Directiva decidió encarar un ambicioso proyecto de construcción de nuevas y modernas tribunas de cemento en el estadio.
El 29 de marzo de 2009, ante más de 12 mil bohemios presentes, Atlanta inauguró formalmente su remodelado estadio en un partido contra Deportivo Español, por la 32º fecha del Campeonato de Primera B Metropolitana Temporada 2008/2009.
Los avances institucionales abrieron paso a los logros deportivos, y el 7 de mayo de 2011 luego de una campaña futbolística espectacular en donde el bohemio estuvo durante más de 20 fechas puntero, el primer equipo de Atlanta se coronó campeón del Torneo de Primera B Metropolitana Temporada 2010/2011 y selló así su ascenso a la B Nacional. La experiencia no pudo colmar las expectativas, y nuevamente el bohemio pugna por retornar a esa categoría, la antesala de su hábitat natural: la primera división. Fue fracaso y enseñanza, retornando a segunda categoría en 2019 de la mano del Pepe Castro y Orfila.
El progreso y el crecimiento del Club Atlético Atlanta se hace cada día más pronunciado y la vuelta a primera división, junto con el funcionamiento pleno de sus actividades sociales, deportivas y culturales, es un sueño cada vez más cercano.