(Por Matias Barrio) Este es el segundo año que el club le abre las puertas a este gran proyecto que tiene como objetivos principales posibilitar un espacio que permita la interacción de jóvenes con sus pares, respetando y compartiendo momentos, sensaciones y valores, e introducir a personas con Síndrome de Down en una entidad social y deportiva. Francisco Lanusse, licenciado en psicología y uno de los coordinadores de la actividad, nos cuenta de que manera trabajan con los chicos:
Desde que empezamos hasta el momento, la escuela creció mucho. Tenemos dos grupos, uno de jóvenes y otro de niños que vienen todos los viernes a jugar al fútbol. Tanto con un grupo como con otro la clase empieza con una ronda y una puesta en común de lo que los chicos quieran compartir de la semana. Luego pasamos a una primera etapa que es el calentamiento físico y la elongación. Después, hacemos un trabajo generalmente con pelota que apunta a mejorar la técnica, los pases, la destreza etc. y finalmente proponemos un partido. En todo momento la idea es que sea recreativo pero siempre con una mirada sobre el trabajo, y el poder ir mejorando sus habilidades para el deporte.
No hay dudas de que el fútbol es un deporte donde se prioriza lo grupal sobre lo individual. Donde el lenguaje lo pone la pelota y los jugadores son sus interpretantes. No existe el juego sin darle un pase al compañero. En este sentido, Lanusse nos explica de qué forma coopera el fútbol para el desarrollo de la actividad:
Creemos firmemente que el deporte en equipo ayuda en muchos aspectos al desarrollo de las personas, Se aprende a trabajar en conjunto, intentando dejar de lado sólo los aspectos individuales, priorizando al grupo. Muchas veces nos encontramos celebrando un pase de un compañero a otro que esté mejor ubicado, que un gol desde mitad de cancha. Frenar la pelota, pensar, ver quien está mejor ubicado y dar un pase sin dudas es un avance en la visión de un equipo, y también es un desarrollo en los niños y jóvenes que trasciende el ámbito del futbol, tiene que ver con los valores que intentamos transmitir.
Tirando Paredes trabaja con dos grupos. El primero es para niños de 8 a 14 años, y el segundo de 14 en adelante. La actividad se realiza los días viernes, de 15:15 a 16:30 hs. (el primer grupo) y de 16:30 a 18:00 hs. (el segundo). La idea de que sea viernes, lo describe Francisco Lanusse de una manera perfecta:
Es justamente para poder ponerle un lindo fin a sus semanas, se trata de niños y jóvenes que están muy demandados por exigencias cognitivas (escuela, tratamientos, apoyos escolares), de esta manera cuando llega el viernes ellos ya saben que vienen a divertirse y pasarla bien.
Otro punto a resaltar, a la hora de diagramar las actividades, es tener en cuenta las diferencias de las edades. Es por eso, que tanto los profesores como los chicos, lo planifican en función de sus necesidades e intereses. Lanusse lo ejemplifica:
Si vemos que la dificultad pasa por el traslado de la pelota, ponemos el énfasis en actividades que refuercen ese aprendizaje. También buscamos que sea una actividad que los exija físicamente. Creemos que la salud juega un rol fundamental en todas las personas, y es característico de muchas personas con síndrome de Down el sedentarismo, de esta manera creemos que aportamos nuestro granito de arena en la búsqueda de estos chicos y sus familias por tener una vida más activa y satisfactoria.
Pensando a futuro, la escuela de fútbol, coordinada por los licenciados en Psicología Francisco Lanusse, Martín Finzi y el técnico nacional en Recreación Luciano Giuliani Cella, se propone cumplir nuevas metas y repetir experiencias que fueron tan bien recibidas tanto en el grupo como en el club:
Tenemos varias ideas en mente, como por ejemplo armar nuevamente un fútbol integrado con los chicos de Futsal con quienes hicimos una muy linda experiencia el año pasado y queremos realizarla de nuevo. O también que nuestros jugadores conozcan la cancha de Atlanta un día de partido. Inclusive armar un reducido en el entretiempo de un partido de Atlanta también para compartir con la gente todo lo que viernes tras viernes estos pibes nos demuestran.
A modo de conclusión, dejamos la reflexión de Francisco Lanusse, acerca de como se sostiene un proyecto a base del apoyo de las familias, el club y los propios participantes:
Uno de los pilares fundamentales de este proyecto es la inclusión de las personas con síndrome de Down en la sociedad en la cual vivimos. Es por esto que todos los pibes que vienen a la escuela se tienen que asociar al club. Pensamos que el sentido de pertenencia que nos da el pertenecer a instituciones, el circular por espacios donde se desarrollan actividades, ayuda a derribar mitos con respecto a sus limitaciones y permite ver que son personas que pueden y deben participar en estos ámbitos.
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